
Ni moda pasajera ni amenaza permanente: la alarma inicial va quedando atrás. La inteligencia artificial comienza a ser adoptada por muchos como una herramienta estratégica que, si se integra con responsabilidad, puede resultar muy valiosa, sobre todo en procesos participativos de diseño urbano enfocados en la infancia y la juventud.
Para profundizar en este cruce entre tecnología, ciudad y nuevas generaciones, conversamos con Dolores Victoria Ruiz Garrido, arquitecta y fundadora de Little Architects, programa creado hace más de una década en la Architectural Association (AA) de Londres. Con más de 15 años de experiencia en urbanismo participativo, destaca que la IA puede ser una herramienta poderosa si se utiliza con ética y propósito, en especial para enriquecer la educación y los procesos de diseño con enfoque comunitario. Pero advierte: “La ciudad no se entiende desde la pantalla, sino desde el cuerpo, el paseo y el asombro. Por lo tanto, antes de modificar la ciudad generando imágenes sorprendentes o visualmente bellas, debemos enseñarla: observarla, comprenderla y vincularse emocionalmente con ella.”