“La casa a través del comedor. Arquitectura en torno a la mesa” es un trabajo de investigación llevado a cabo por el arquitecto Francisco Javier Fernández García en el marco del Máster Universitario en Estudios Avanzados de Arquitectura de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona. Dirigido por Xavier Monteys y escrito a modo de “ensayo editorial”, tiene como objetivo poner sobre la mesa, nunca mejor dicho, la figura del comedor como pieza doméstica con capacidad para repensar la casa. No se trata expresamente de una colección de comedores, sino que, a menudo, aparecen en ella imágenes de diversa índole, en un ejercicio de comparación, oponiendo y permitiendo que características comunes se vean reflejadas. Hablar del comedor es la excusa para alumbrar otros muchos temas relacionados con la casa y con el habitar.
El estudio catalán Baitlleiroig, creado en 1981 por Enric Batlle y Joan Roig, ha diseñado la primera residencia del grupo inglés Vita Student en Barcelona. Batlleiroig se une así a una propuesta innovadora que sigue la línea de otros proyectos del estudio, en los que su máxima es apostar por la renaturalización de la ciudad, la regeneración del paisaje y la creación de espacios saludables. El estudio promueve un diseño innovador en busca de una nueva forma de vivir para los estudiantes y docentes; más contacto con la naturaleza, especial interés en las zonas deportivas y grandes espacios comunes para toda la comunidad.
Lluís Comerón, Medalla de Oro de la Arquitectura 2022. Image Cortesía de CSCAE
El arquitecto español Lluís Comerón, fallecido recientemente a sus 62 años, ha sido reconocido por su incasable ejercicio profesional con la Medalla de Oro de la Arquitectura. El Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE) ha otorgado a título póstumo la Medalla de Oro de la Arquitectura al catalán Lluís Comerón Graupera, presidente de la institución durante el mandato 2018 a 2022.
Las formas de la sala. Escenarios de representación. Image Cortesía de Carlos Montes González
“Las formas de la sala. Escenarios de representación” es un trabajo de investigación llevado a cabo por el arquitecto Carlos Montes González, en ocasión del Máster Universitario en estudios avanzados de arquitectura de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona. En el mismo, nos propone un estudio alternativo de las salas. Este espacio neurálgico de toda vivienda se pone en relieve a través del análisis de su relación con las habitaciones aledañas.
Durante los dos últimos años, la ciudad de Madrid ha sido, y sigue siendo, escenario de la exposición itinerante del Bosque Metropolitano. Tres son sus principales objetivos. En primer lugar, exponer a los madrileños las ideas ganadoras y finalistas del concurso celebrado con la intención de redefinir el futuro de su ciudad. En segundo lugar, comunicar los procesos que la ciudad llevará a cabo en temas de sostenibilidad y resiliencia urbana y desde la educación ambiental. Por último, generar alianzas estratégicas concretas entre el Bosque y la ciudadanía madrileña.
Detalle de esgrafiados - Fachada y esgrafiados disociados
Barcelona es una ciudad que ha sido estudiada innumerables veces. Por las manzanas del Plan Cerdá y por las esquinas en chaflán, por su centro histórico y por las guerras que allí se suscitaron, por la arquitectura de los modernistas y sus edificios monumentales. Sin embargo, no tenemos mucho conocimiento de que alguna vez haya sido estudiada profundamente a partir de un material tradicional de revestimiento y soporte artístico, como lo es el esgrafiado.
La ciudad en el espacio. Image Cortesía de Ricardo Bofill Taller de Arquitectura
Corría el año 1968 cuando Ricardo Bofill Taller de Arquitectura publicaba una suerte de manifiesto en reacción a las acuciantes demandas de una sociedad en constante transformación. La idea de la Ciudad en el Espacio veía la luz por primera vez y se proclamaba como una arquitectura absoluta capaz de resolver todas las complejidades de su contemporaneidad a través de un modelo único abierto, flexible y tridimensional.
En 1929 Ludwig Mies van der Rohe y Lilly Reich proyectan el pabellón nacional de Alemania para la Exposición Internacional de Barcelona de 1929. Se lleva a cabo en él la recepción oficial de la exposición, presidida por el rey Alfonso XIII junto a las autoridades alemanas. A partir de allí, la historia es bastante conocida por todos. Obra simbólica del Movimiento Moderno, el pabellón ha sido estudiado e interpretado exhaustivamente, al tiempo que ha inspirado la obra de varias generaciones de arquitectos.
La Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona ha sido siempre prolífera en cuanto a la formulación de nuevos y transformadores modos de observar a nuestras ciudades. La mirada crítica sobre objetos que, en la cotidianeidad, solemos pasar por alto es una característica que también se le suele resaltar. El arquitecto chileno Javier Toledo Cárdenas, en el marco de su trabajo final de máster del MBArch llevado a cabo en la ciudad en cuestión, recoge estos dos modos de estudiar la realidad a través de El interior de los monumentos.
El proyecto de remodelación del Museo Arqueológico de Sevilla, ganado en concurso nacional en 2009 por el estudio de arquitectura Vázquez Consuegra de Sevilla, se presentó este lunes ante las autoridades. El inicio de las obras está previsto para el 2022 y cuenta con un presupuesto de 20 millones de euros.
Repleto de connotaciones y matices, el término paisaje es un concepto complejo y amplio. A caballo entre lo material y lo inmaterial entendemos que se trata de una construcción mental que pone en relación un entorno físico con un contexto socio-cultural determinado. Jordi Giner, Francisco Garrido y Alberto Moragrega presentaron, del 12 al 27 de noviembre, Al·luvió, una propuesta para Lluèrnia, el festival de la luz y el fuego que se lleva a cabo cada año en Olot, y reinterpreta la manera en la que entendemos comúnmente la idea de paisaje y los modos usuales de intervenir sobre él.
El Colegio Oficial de Arquitectura de Tarragona y la Fundación Alejandro de la Sota han otorgado este viernes día 19 de noviembre de 2021 el reconocimiento al equipo de GCA Architects por su proyecto del Centro de día para el Alzheimer en el contexto de la XII Mostra d'Arquitectura de Tarragona.
Hotel Can Ferrereta Mallorca - Premio Rafael Manzano. Image Cortesía de Premio Rafael Manzano
El Premio Rafael Manzano de Nueva Arquitectura Tradicional tiene como fin difundir el valor de la arquitectura tradicional como referente de probada validez para la arquitectura de nuestro tiempo en el ámbito territorial de España y Portugal. Busca hacerlo tanto en la restauración de monumentos y conjuntos urbanos de valor histórico-artístico, como en la realización de obras de nueva planta que, basadas en las tradiciones locales, sean capaces de integrarse armónicamente en dichos conjuntos.
El arquitecto español Fran Silvestre es conocido por su cartera de obras matizadas, limpias y decididamente modernas. Cada proyecto es tan impresionante como el siguiente, el tipo de hogar que aparece en las películas de Bond y ocupa los tableros de propietarios aspirantes de Pinterest.
Fernando Higueras (1930-2008), exponente de la modernidad arquitectónica tardía de los años 60 en España, fue junto con muchos otros uno de aquellos jóvenes ícaros que estaban obsesionados con tocar el sol. Su arquitectura, lejos de cumplir con las rígidas pautas que conformaban la realidad de la época, se elevaba por encima del plano terrenal con una única meta: conquistar lo desconocido. Ya entonces, llegó a la conclusión de que la arquitectura moderna estaba equivocada, de que nada tenía sentido. Miraba a su alrededor, a figuras como Le Corbusier, Mies van der Rohe -sus cubiertas planas, su obstinada obsesión por la ligereza- y nada cuadraba para él. Su actitud indudablemente reaccionaria le llevó, ya desde joven, a mostrar la temprana osadía de revelarse contra la hipocresía de los triunfadores.
En ocasiones la arquitectura se presenta como objeto de responsabilidad, como un ejercicio de reconocimiento de su autoría, con el objetivo de definirla y delimitarla. Nos urge la necesidad de saber quién fue su autor, de reconocer a quien fue capaz de la realización de tales invenciones. Otras tantas veces, la arquitectura no reclama la presencia de responsable alguno; de ahí que se hable de arquitectura anónima o “arquitectura sin arquitectos”, es decir, una arquitectura meramente popular. En el caso de Carme Pinós, inevitablemente, lo construido habla de quién lo construyó. Su arquitectura deja entrever la energía que emana de su persona. Una arquitectura vibrante, directa, tensa; recorrida por una continua agitación que la domina. En ella, los elementos están en continuo movimiento de una forma totalmente infundada, no por su propia virtud.
La cultura más importante de la arquitectura moderna castellana, y del siglo XX, nació de la mano de Rafael Aburto [1913-2014] y sus coetáneos; de esa generación olvidada. Una generación de entreguerras, de trincheras no sólo en batalla, sino también arquitectónicas. Un compendio de arquitectos que tuvieron que afrontar, además de los estragos de la guerra civil española, un tradicionalismo inocuo; rodeados de profesionales que no habían leído, ni sabían, ni habían visto casi nada. La tradición era la que soportaba las cosas, en este caso la española. La propia guerra civil marcó un revés generacional en la profesión, como no podía ser de otra manera; pero no sólo en la correspondida a Rafael Aburto, sino también en las venideras.
La diferencia generacional pasaba por el único filtro de haber hecho la guerra. Oíza tenía dieciocho años cuando estalló la misma; Sota, Cabrero, Coderch, Aburto… fueron reclamados para la batalla, combatiendo en el bando nacional en su mayoría. Una vez finalizada la guerra, la imagen de España no recuerda la que tenía una vez que esta comenzó; y el pensamiento arquitectónico tampoco. Los arquitectos, de vuelta a la profesión en los años cuarenta, se encuentran con una tradición ya anticuada, prácticamente inservible; y también con una modernidad precaria, en la que no había densidad ni conocimiento. Es por ello que personajes como Aburto irrumpen, esos arquitectos de la generación de posguerra, asumiendo un papel de pioneros o, al menos, mostrando su empeño por romper con los lazos del academicismo y abrazar una modernidad propia.
A Juan Navarro Baldeweg le gustaba imaginar su obra dentro de una habitación onírica, donde las siluetas de sus edificios se perciben recortadas sobre un horizonte de fugas visuales y, en cuyo centro de confluencia, se encuentra el espectador. Ambicionando, además, que sus exposiciones, si no antológicas, sean al menos acumulativas; invitándole a vagar y trazar entre sus piezas trayectos afines que las engarzan cual eslabones de un mismo medio expresivo o distintos ademanes formales.
Frente a la rectitud de las actitudes clasicistas y la síntesis moderna en torno a lenguajes artísticos, Navarro Baldeweg, para desconocimiento de muchos, enarbola el cultivo simultáneo de diversas disciplinas, a veces contrapuestas, y distintas artes. Un moverse sin preferencias ni fronteras en el amplio espectro de las prácticas artísticas que, en su momento, presagiaba procederes hoy en día extendidos, como el nomadismo y las poéticas del “entre”. Ese nomadismo no nace de una actitud oportunista, sino de un impulso creador, de un ojo inquieto, de una mirada educada… En definitiva, del trabajo de un artista total.