Sebastián Bravo lidera Oficina Bravo, una práctica de arquitectura fundada en Santiago de Chile que ha estado desarrollando proyectos con una estrategia clara: aportar a la ciudad usando eficientemente los recursos arquitectónicos, económicos y constructivos a través de la renovación y la remodelación. Entre sus proyectos, se encuentran espacios que interactúan abiertamente con el contexto inmediato, tanto obras de valor patrimonial, administrativas y habitacionales como Casona Compañía y Oficina Zagreb, como una gran serie de espacios gastronómicos y comerciales como Felix Café y Apolo Helados.
Por su proceso de diseño y su capacidad para transformar y restaurar espacios, Oficina Bravo fue seleccionada por ArchDaily como una de las mejores nuevas prácticas de arquitectura del 2023. Se preocupan por conversar con los clientes, entenderlos e involucrarlos en el proceso. Esto, dicen, es lo único que asegura que las ideas detrás del proyecto sobrevivan con dignidad.
Hemos seleccionado siete cafeterías y heladerías en Santiago que fueron diseñadas por Oficina Bravo, al mismo tiempo que realizamos una entrevista para que conozcas sus inspiraciones, formas de trabajar y futuros proyectos. El resultado, una verdadera guía diaria para que disfrutes de su obra, de su proceso de diseño, y de un buen café.
Café Cité
Año: 2019
Superficie: 52 m2
Ubicado dentro de Casona Compañía —un proyecto de reconversión y puesta en valor de un Inmueble de conservación en el Barrio Yungay de Santiago— el café fue planteado como el acceso a este espacio de creación y colaboración para las Industrias Creativas.
El proyecto de arquitectura define una retícula metálica al interior, que organiza los nuevos espacios y es además el soporte estructural de la fachada. Al encontrarse junto a la fachada, el café es un espacio que se organiza linealmente, aprovechando la relación con la secuencia de ventanas de la fachada. Una barra de hormigón en obra y mesas y sillas de acero galvanizado de Invisible Objetos son los únicos elementos que usamos para darle funcionalidad al espacio.
Bovary, Comida y Café
Año: 2022
Superficie: 110 m2
Este es el proyecto de renovación de Bovary, una cafetería con 20 años de historia en el Barrio Infante, en la esquina de Julio Prado y Los Jesuitas en Providencia. La propuesta es muy simple, un bloque revestido en palmetas cerámicas contiene la barra y organiza el área de atención a público, manteniendo la configuración original. El mobiliario e iluminación son simples y el uso intensivo del color permite construir una nueva identidad.
Apolo Helados
Año: 2022
Superficie: 35 m2
La ubicación del local —una vereda expuesta al norte y despoblada de árboles y frente a un corredor de transporte público en plena Avenida Providencia— dio lugar a la idea de que Apolo debía ser una cápsula. Un espacio aislado del calor y del ruido de la calle. Para esto propusimos una fachada más bien hermética, compuesta por una puerta de acero, un tabique de bloques de vidrio translúcido, una vitrina rectangular y un barra-asiento tomado de las paradas del transporte público. El interior es un espacio saturado que, a través del uso de diferentes revestimientos cerámicos de color amarillo, un cielo de acero inoxidable espejado, una elipse de luz led y un mueble/columna metálico, acentúa la idea de cápsula atemporal.
El Toldo Azul Infante
Año: 2022
Superficie: 155 m2
La fábrica y heladería de El Toldo Azul ocupa un conjunto de 2 casas con fachada continua en una esquina del Barrio Infante, en Providencia. Durante años, este lugar había funcionado como una galería de arte y sus oficinas. La propuesta se organiza de manera respetuosa con el grano que posee cada una de las 2 propiedades. En el espacio donde anteriormente funcionaba la galería —un espacio alargado, luminoso y despejado— ubicamos la heladería y la fábrica de helados. La antigua casa, que es mucho más compartimentada, se adaptó para recibir las áreas de almacenamiento, camarines, oficina, cocina caliente y área de delivery. Con el objetivo de no hacer desaparecer el espacio de la galería, se propuso mantener la unidad espacial, vinculando la fábrica y la heladería mediante un mueble vidriado que funciona como apoyo para el área de atención al público y unificando el tratamiento del cielo, muros y pavimento.
Justicia Café
Año: 2018
Superficie: 18 m2
Justicia es un pequeño local que ofrece café de especialidad y comida al paso. En 18 m2 propusimos una barra como elemento principal: un muro revestido en baldosas azules texturadas que se proyecta como pavimento y que se busca convertir el café en una prolongación del espacio público. Esta barra organiza una cocina compacta y una barra de 3 metros de largo con capacidad para 6 comensales.
Singular Café
Año: 2022
Superficie: 26 m2
Ubicación: Providencia
Singular Coffee Suecia es una barra de café abierta a la calle. La fachada del local tiene un sistema de puertas de acero y cristal plegables que permiten abrir totalmente la fachada y elimina los límites entre el interior y exterior. El pavimento es un pastelón de hormigón para exteriores y es también el revestimiento de la barra de café. Nada, salvo la cubierta de acero inoxidable, te da señales de que estás en un espacio interior.
Felix Café
Año: 2021
Superficie: 54 m2
El proyecto de Felix se hace cargo de un espacio escalonado en el que durante los últimos 30 años funcionó una lavandería. Luego de vaciar el espacio disponible —haciendo visibles los 2 niveles del local— diseñamos una estantería traslúcida que resuelve en un mismo sistema constructivo el almacenamiento, la separación del área de apoyo de la de atención a público y la barra de café. La estructura de tubos y barras de acero de color azul, las planchas de cristal armado y un panel revestido en baldosas y construyen una identidad visual simple y reconocible.
Una entrevista a Sebastián Bravo
¿Cómo te acercaste a la arquitectura?
No tuve que pensar mucho en ingresar a arquitectura, siempre me interesó la construcción. Obtuve mi título de Arquitecto en la Universidad de Chile. En 2007 realicé estudios de posgrado en el programa de Arquitectura y Tecnologías en la Universidad Torcuato di Tella en Buenos Aires. En Argentina, trabajé junto a Busnelli Arquitectura y entre 2005 y 2012 me desempeñé como arquitecto en distintos estudios de arquitectura como Sabbagh Arquitectos, Cristián Fernandez Arquitectos, DAW Arquitectos, entre otros.
En 2013 fundé Oficina Bravo. Me decidí por el estudio, sobre todo porque venía trabajando siempre en paralelo con proyectos independientes, y me di cuenta que necesitaba más tiempo para hacerlos bien y quise darme el espacio para poder hacerlo.
¿Cómo funciona tu oficina?
En la oficina hay dos inputs. Primero, pensar los proyectos como estrategia y construir ideas muy claras respecto a cada una de las intervenciones que hacemos. Y por otro lado, pensar en el material constructivo, como la base de la construcción.
Hoy en día, somos siete personas, pero ha ido variando en el tiempo. Somos cinco arquitectos, una dibujante, y siempre hay un practicante. Si bien yo dirijo la oficina, cada uno de los arquitectos toma uno de los proyectos y tiene cierta autonomía para poder desarrollarlos y es algo que ha funcionado bien. En el sentido de que si bien hay una visión común, hay espacio para poder ir incorporando ideas e ir sumándolas.
¿Cuál es tu proceso de diseño?
Tenemos en la semana una instancia que nos juntamos y vemos en que está cada uno de los proyectos. Y tratamos de no separar quien desarrolla y quien supervisa la obra, sino que darle una continuidad. Sobre todo, porque los proyectos de renovación implican un trabajo en obra que es posterior al proyecto y que es ajustarse a los imprevistos, descubrimientos o hallazgos que aparecen en el proceso.
Con los clientes solemos terminar pensando en más de un proyecto. Creo que es una preocupación que he tenido a lo largo del tiempo, de entender que cada uno tiene su agenda, pero también hay una agenda que tiene como un carácter y que uno es capaz de incorporarla y no convertirla en una disputa, como quien impone el punto, sino que de entender lo que se está encargando y cómo es lo que se necesita más allá de lo que se imagina. Cuando hay un mismo cliente o cuando hay un encargo que se repite, se puede jugar con lo que hemos hecho anteriormente y construir un lenguaje coherente. No son cadenas, entonces no son todas iguales, sino que es como una serie donde uno puede reconocer esa evolución, ese guiño a las primeras operaciones.
Algo común es que generalmente la primera operación es como de vaciado, de recuperar el vacío, y luego de definir un nuevo orden. Cuando los proyectos son de pequeña escala, como Justicia Café, los elementos están en el límite entre un mueble y un elemento a construir. Eso es algo con lo que jugamos, de decir, un mueble que puede ser un gran elemento. Pienso, como en el caso de los café y la barra, como el elemento que lo define siempre, y tratar de llegar con eso al extremo. También juntar las piezas y las partes para que formen como elementos más reconocibles, como que tengan un impacto mayor en la configuración del espacio. Hoy estas operaciones también hacen que el local sea reconocible, porque finalmente también son como material para redes sociales.
¿Qué proyectos vienen en camino?
Seguimos trabajando con el Toldo Azul, en un local más. Lo acompañamos en el proceso de buscar un local con mayor superficie para hacer una fábrica nueva en Santiago. También en paralelo con Bovary, que están con un nuevo proyecto de esquina. Y estamos haciendo una panadería en Rancagua. Es una panadería de masa madre. Y desde luego, estamos viendo de posibles nuevos clientes con nuevos proyectos.