
La presencia de cafeterías en museos y galerías trasciende la función de apoyo y se revela como parte integrante de la experiencia cultural contemporánea. Según Claire Bishop, en su discusión sobre la "experiencia estética expandida", los espacios culturales han comenzado a incorporar ambientes híbridos que estimulan diferentes formas de recepción, sociabilidad y contemplación. Los cafés, en este contexto, no solo ofrecen pausa y confort, sino que actúan como prolongaciones sensoriales y simbólicas de la visita, promoviendo encuentros, interacciones y reflexiones en ambientes cuidadosamente diseñados. Al unir arquitectura, arte y hospitalidad, estos espacios contribuyen a la construcción de una atmósfera inmersiva y accesible, siendo concebidos como extensiones de las obras mismas.