En el cruce entre la inevitable influencia del movimiento moderno internacional y la tradición arquitectónica argentina, emerge el Grupo Austral, un colectivo de arquitectos que plantea una reinterpretación del racionalismo corbusierano, adaptándolo a las particularidades del contexto local. En este marco, podemos hablar de una arquitectura internacional que no es meramente incorporada, sino que puede considerarse una arquitectura "apropiada", es decir, enraizada en las condiciones climáticas, los modos de vida y los materiales locales presentes en Argentina. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿Cómo es que la arquitectura europea se corresponde con la local? ¿Es producto de la similitud de situaciones o de un proceso de traspaso de imágenes arquitectónicas, como ha sucedido a lo largo de la historia? ¿Es una mezcla de ambos factores? ¿Podemos hablar de arquitectura apropiada?
Park Hill, un gran complejo de viviendas sociales en Sheffield, destaca como uno de los ejemplos más ambiciosos de arquitectura moderna en Gran Bretaña de la posguerra. Diseñado en 1961 por Jack Lynn e Ivor Smith, su concepto innovador de "calles en el cielo" tenía como objetivo combinar viviendas de alta densidad con el espíritu comunitario de los barrios tradicionales. A finales del siglo XX, el complejo había caído en un grave abandono, marcado por problemas sociales y una degradación estructural que socavaba tanto su funcionalidad como su reputación. Poco a poco, Park Hill se convirtió en sinónimo del fracaso del movimiento moderno, cargando con un fuerte estigma social y marginando a sus residentes. A partir de la década del 2000, se iniciaron esfuerzos significativos para revertir esta narrativa a través de un proceso de revitalización de dos fases.
La primera fase, dirigida por Urban Splash en colaboración con los estudios de arquitectura Hawkins\Brown y Studio Egret West, se centró en preservar y mejorar los elementos históricos del edificio al tiempo que introducía intervenciones modernas para crear un espacio habitable, funcional y atractivo. Esta etapa demostró el potencial de la reutilización adaptativa para revitalizar comunidades y recuperar íconos arquitectónicos. La segunda fase de la renovación, llevada a cabo por la firma Mikhail Riches, buscó aprovechar este trabajo inicial introduciendo nuevos elementos que profundizaron la conexión entre los espacios existentes y la vida contemporánea. Con un enfoque que combinaba sensibilidad histórica e innovación arquitectónica, Mikhail Riches continuó el proceso de transformar Park Hill en un ejemplo histórico de cómo la arquitectura moderna puede adaptarse para satisfacer las necesidades actuales sin perder su identidad original.