Las zanahorias no pueden ayudarnos a ver en la oscuridad, pero podrían hacer que nuestros edificios sean más fuertes y respetuosos con el medio ambiente. Ingenieros de la Universidad de Lancaster, en el Reino Unido, han trabajado en colaboración con Cellucomp Ltd UK para estudiar los efectos de agregar "nano plaquetas", extraídas de las fibras de zanahoria, para mejorar el rendimiento de las mezclas de concreto.
Según el estudio, los hormigones compuestos de vegetales como la remolacha o la zanahoria, superaron estructural y ambiental a todos los aditivos de cemento disponibles en el mercado, como el grafeno y los nanotubos de carbono, a un costo mucho menor.
El potencial de los hormigones compuestos de vegetales radica en la capacidad de las nano-plaquetas de aumentar la cantidad de hidrato de silicato de calcio en las mezclas de concreto, que es la principal sustancia que controla su rendimiento estructural. Su efecto en cadena se traduciría en la reducción de las cantidades necesarias de concreto para la construcción.
Además, las nano plaquetas podrían mejorar la calidad del producto, reduciendo el número de grietas que aparecen en el concreto. Una microestructura más densa también ayuda a prevenir la corrosión y aumenta la vida útil del material.
Los beneficios ambientales se hacen más evidentes al estudiar las emisiones de CO2. En este momento, la producción de cemento Portland representa el 8% de las emisiones globales de CO2, cifra que se duplicará en 30 años. Si estos vegetales entregan una mezcla más duradera, se podría lograr un ahorro de 40 kg de CO2 por metro cúbico.
'Estos materiales compuestos no sólo son superiores a los cementos actuales en términos de propiedades mecánicas y microestructura, sino que también utilizan cantidades más pequeñas de cemento. Esto reduce significativamente el consumo de energía y las emisiones de CO2 asociadas a la fabricación de cemento', asegura el Profesor Mohamed Saafi, del Departamento de Ingeniería de la Universidad de Lancaster
El proyecto de investigación ha sido desarrollado durante los últimos dos años y ha recibido un respaldo de casi £ 200,000, proveniente del programa Horizon 2020 de la Unión Europea.
Noticia vía Lancaster University