Con más de 11.000 años de historia, el ladrillo es uno de los materiales de construcción más antiguos. Es más, reemplazando los bloques de barro secados al sol, los romanos fueron los primeros en experimentar con masas de arcilla cocida en nuevas formas constructivas como arcos, bóvedas y cúpulas. Si bien las dimensiones y métodos de fabricación de este pequeño módulo han evolucionado a lo largo de los años, sus componentes y clásica forma rectangular han experimentado pocos cambios, en especial considerando su larga historia. La explicación es simple: el ladrillo, con su calidez, versatilidad y destacadas propiedades estructurales, es un material atemporal que no pasa de moda.
Es crucial considerar el impacto ambiental futuro de todo lo que creamos. El cambio climático sigue ocupando un lugar destacado en la agenda global, y todas las industrias deben participar en el objetivo de alcanzar Carbono Cero. Una de las industrias más desafiantes es la construcción, que juega un papel vital en el proceso de descarbonización y se enfrenta constantemente a desafíos para volverse más verde. Por lo tanto, exige técnicas innovadoras y desarrollo de datos para encontrar procesos nuevos y sostenibles. Una solución es introducir y diseñar materiales más limpios y eficientes. Los ladrillos son un buen ejemplo, ya que se pueden utilizar en la construcción de edificios para garantizar un proceso circular y minimizar las emisiones de carbono, siendo un material extremadamente duradero que se puede producir con técnicas más sostenibles.
Existen pocos materiales tan diversos y atemporales como el ladrillo, siendo considerado como un elemento básico tanto para la arquitectura tradicional como para la arquitectura moderna. En muchos casos, quitar el yeso o la pintura de un edificio histórico puede revelar valiosas paredes de ladrillo, que aportan una gran cantidad de textura, calidez y carácter a un espacio habitable. Crudo o pintado, el aspecto del ladrillo se presta para una gran variedad de estilos, desde lo rústico hasta lo industrial.
Los siguientes 5 proyectos ejemplifican cómo el ladrillo a la vista se puede utilizar para potenciar la mezcla de texturas en el diseño de espacios interiores.
"Bienvenidos a este extraño libro. Con todos los dibujos, puede parecer un manual, pero no lo es. Trata tanto de las articulaciones como de las piezas, pero sobre todo, atiende el orden que es inherente a las cosas”. Estas palabras introducen el libro de Koen Mulder - The Thrilling Surface: The Brick Bond as a Composers Tool. Disponible en alemán, durante 160 páginas el autor rigurosamente presenta un universo de posibles variaciones de los patrones que se pueden crear.
Entrevistamos a Koen por este motivo, para averiguar qué lo inspiró a discutir este tema, para comprender cómo logró recopilar toda la información y para visualizar el impacto que este tipo de estudios puede tener en la arquitectura.
Habitualmente, los ladrilos se han utilizado en la arquitectura para cumplir una doble función: estructural y estética. Mientras se desempeñan como una efectiva y resistente solución modular en las estructuras de los edificios, sus caras pueden quedar visibles para constituir su imagen arquitectónica, generando fachadas ricas en textura y color, gracias al hierro presente en la arcilla que los compone.
En la actualidad, existen productos que permiten fusionar la apariencia atractiva de los ladrillos con otros sistemas estructurales, separando sus funciones y entregando la libertad necesaria para que las fachadas puedan moverse creativamente en favor de las condiciones de cada proyecto y los requerimientos de sus usuarios.
Ocupando el centro de una pequeña ciudad agrícola en Finlandia, el Ayuntamiento de Säynätsalo puede parecer casi demasiado monumental para su contexto. Diseñado por Alvar Aalto en 1949, el ayuntamiento es un estudio en oposición: los elementos del clasicismo y lo monumental se mezclan con la modernidad y la intimidad para formar un nuevo punto central cohesivo para la comunidad. Estos y otros aspectos del diseño inicialmente demostraron ser divisivos, y el Ayuntamiento no ha estado exento de controversia desde sus inicios.
Las piezas metalizadas del diseñador francés Nathanaël Abeille en el Proyecto Reflexión, conjunto con el arquitecto Francisco Ribero y la comunicadora Cecilia Fortunato, abordan cómo un edificio podría reflejar la luz solar y compartirla sobre otro en algunos de los estrechos espacios de la Villa 21 de Barracas, Buenos Aires.
Revisa el proyecto completo y unas palabras de los autores, a continuación.
Uniendo la inteligencia material de las artesanías vernaculares con la precisión y la flexibilidad que entregan las nuevas tecnologías de fabricación y diseño digital, el Laboratorio de Fabricación Robótica de la Facultad de Arquitectura de HKU ha desarrollado el "Pabellón de Información Cerámica" (CeramicINformation Pavilion), con el objetivo de encontrar niveles adecuados de automatización para ser utilizados en favor de las economías emergentes y en transición.
Parte de una serie en evolución, cada uno de sus 1000 componentes es único y se relaciona específicamente con sus unidades vecinas. Los elementos se construyen a través de la impresión 3D y son de ladrillo de terracota, material comúnmente utilizado en la construcción china moderna.
Gonzalo Viramonte nos presenta en esta ocasión una serie de fotografías que evidencian una especial atención en el aparejo de ladrillos de la Iglesia de Atlántida Cristo Obrero en Uruguay, diseñada por el ingeniero Eladio Dieste en 1952.
El arquitecto y fotógrafo argentino nos muestra en este sentido la esencia de esta obra, con un registro del ingenio con el cual el ladrillo -y su potencial- proporciona desde interesantes espacios exteriores e interiores, hasta entramados variables y aberturas que permiten el ingreso de la luz natural.
Desarrollado por investigadores y estudiantes de la Facultad de Arquitectura de HKU y apoyado por Sino Group, este pabellón se construye en base a estructura de madera que soporta una serie de "muros" formados por cerca de 2000 ladrillos de arcilla. Cada uno de estos componentes individuales es único y ha sido fabricado utilizando la tecnología robótica y la impresión 3D, permitiendo generar distintos tipos de transparencia y opacidad en sus diferentes caras.
https://www.archdaily.co/co/878612/mas-de-2000-ladrillos-unicos-son-fabricados-roboticamente-para-generar-muros-variables-en-este-pabellonAD Editorial Team
No podemos negar que los arquitectos amamos el ladrillo, no solo por su calidez sino también por la diversidad de expresiones que se pueden lograr al emplearlo de forma creativa. Según la disposición de los módulos o la combinación de aparejos, es posible llegar a originales y atractivos resultados. Este ingenio, es lo que fotógrafos como Hiroyuki Oki, Gustavo Sosa Pinilla y François Brix, entre otros, han intentado capturar en sus imágenes. En ellas, la luz es el elemento clave de una buena composición, permitiendo controlar la intensidad del color, contrastar los llenos y los vacíos, así como potenciar las increíbles texturas de los ladrillos que tanto nos gustan.
Con capacidad para poner ladrillos 3 veces más rápido que un humano, SAM (Semi-Automated Mason / Albañil semi-automatizado) es un albañil robótico que se encarga de las tareas repetitivas de la albañilería básica, según informa la MIT Technology Review. Mientras SAM se encarga de recoger los ladrillos, la aplicación de mortero y luego colocarlas en los lugares designados, su compañero humano maneja la configuración del lugar de trabajo, ubicando ladrillos en áreas específicas (por ejemplo, esquinas) y mejorando la calidad estética de la obra mecánica de SAM.
Día 98. Imagen via Quartz / Facilitada por Nut Brother
Durante los últimos 100 días, el artista chino "Nut Brother" ha recorrido Beijing recolectando smog con una aspiradora industrial y luego convertirlo en ladrillos. Ahora comenzó a armar sus ladrillos al mezclar arcilla, polvo y smog. Tal como cuenta a Quartz, el proyecto espera ser un símbolo.
Estos días la contaminación del aire en algunas ciudades es un gran problema y como resultado, los edificios que ayudan a aliviar el problema están de moda. En los últimos años, sin embargo, los diseñadores han comenzado a ir más allá de la simple reducción de las emisiones de un edificio y han comenzado a trabajar con técnicas que eliminan efectivamente los contaminantes del aire, a través de sistemas como la fachada "fotocatalítica" de Nemesi para el Pabellón de Italia la Expo Milán 2015 que captura y reacciona con la contaminación en presencia de la luz.
Sin embargo, en la mayoría de los casos, estas nuevas tecnologías han sido químicas, afectando solamente al aire que entra físicamente en contacto con ellos. ¿Qué pasaría si los edificios tomaran un papel más activo en la tracción de los contaminantes del cielo? ¿Si trabajaran un poco más como una aspiradora? Esto era exactamente la inspiración detrás del Breathe Brick desarrollado por Carmen Trudell, profesora asistente en la Escuela de Arquitectura de Cal Poly San Luis Obispo y fundadora de Both Landscape and Architecture.