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Arquitectos: Kubo Tsushima Architects
- Área: 802 m²
- Año: 2019
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Proveedores: KIKUKAWA KOGYO, Nagoya Mosaic-Tile
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Poco antes de la Primera Guerra Mundial, Harry Brearley (1871-1948), que trabajaba como obrero metalúrgico desde los 12 años, desarrolló el primer acero inoxidable. Buscando resolver un problema de desgaste en las paredes internas de las armas del ejército británico, terminó obteniendo una aleación de metal resistente a la corrosión, agregando cromo al hierro fundido. La invención encontró aplicaciones en casi todos los sectores de la industria, como en la producción de cubiertos, equipos de salud, cocina, industria automotriz, entre muchos otros, reemplazando materiales tradicionales como el acero al carbono, el cobre e incluso el aluminio. En la construcción civil esto no fue diferente y pronto se incorporó acero inoxidable a los edificios.
Con la prometedora noticia de una posible vacuna que pronto podría devolver al mundo a una forma de vida semi-normal, surgen preguntas sobre cómo podría ser el futuro del transporte público. Si bien algunos predicen que pasarán años antes de que volvamos a las formas de la memoria muscular de empacar como sardinas en vagones de metro abarrotados durante las horas pico, no se trata solo de cómo las personas se sienten cerca unas de otras mientras se mueven por la ciudad. Tiene más que ver con cómo nuestros otros hábitos diarios, que han sido remodelados como resultado de la pandemia, podrían cambiar los objetivos generales de los sistemas de transporte público en todo el mundo. ¿Qué estrategias se podrían implementar para que la cantidad de pasajeros regrese a los niveles normales y para que el panorama de la movilidad vuelva a ser el lugar en el que estaba antes, a medida que la sociedad continúa experimentando cambios fundamentales?