En plena era del GPS, Andrea Jasci Cimini ha diseñado una adaptación de una tipología histórica: el faro. El éxito en el diseño no solo se debe a su apariencia visual agradable, sino también a la redefinición de una tipología del envejecimiento. El faro —como tipología de construcción— se ha convertido lentamente en una reliquia a medida que las nuevas tecnologías lo vuelven obsoleto.
Lo que alguna vez fue una herramienta esencial para la navegación, hoy en día Cimini preserva los elementos conceptuales del faro, mientras que separa la función asociada al edificio. Si bien su función se ha vuelto obsoleta, el edificio ha adoptado un significado cultural.
Al igual que otras tipologías que han adoptado la misma trayectoria en su evolución (o deterioro), los arquitectos y diseñadores deben replantear el programa histórico del faro, asumiendo nuevas funciones. La importancia histórica del faro y su conexión con la naturaleza lo han convertido en un refugio, o bien, un lugar de reflexión, ideal.
Cimini describe el faro como un "objeto nostálgico", un término que reconoce las funciones de navegación obsoletas de la estructura, pero resalta los sentimientos de afecto y memoria culturales.
Al respecto, Cimini explica:
En la naturaleza, solo las cosas que no evolucionan están destinadas a extinguirse. El desafío del diseño era comprender si el faro se puede transformar para innovar su función y ampliar sus posibilidades de uso
La idea de Cimini se basó en tres principios fundamentales: energía, turismo y comunicación. El proyecto resultante es una serie de instalaciones para residencias temporales. Sobre las residencias, Cimini optó por mantener la linterna física incrustada en el faro, pero también incluyó una turbina eólica en la cúspide para generar toda la energía necesaria.
Vía Andrea Jasci Cimini.