El Museo del Prado se encuentra inmerso en la organización de los eventos que conmemorarán su bicentenario y que, oficialmente comenzarán el próximo 19 de noviembre cuando el museo cumpla 199 años desde su inauguración.
Sin embargo y a pesar del ambiente de celebración que rodea a este importante evento, bajo los cimientos de este emblemático edificio proyectado por el arquitecto Juan de Villanueva y recientemente ampliado por el arquitecto navarro Rafael Moneo preocupa el paso del agua y su nivel freático, el cual ya causó en 2014 filtraciones, grietas y humedades.
Según informa el periódico español El País, el museo solicitó un informe debido a las apariciones de estas patologías según el cual se concluye que "el acuífero podría ahogar el museo si no se construyen pozos de drenaje para achicar el agua".
Dicho informe afirma además que las pantallas de hormigón de más de 30 metros construidas durante la ampliación diseñada por Moneo en 2007 no son oblicuas al flujo subterráneo de las aguas lo que, además de cortar y alterar su curso, no han ayudado al drenaje natural de las mismas y podrían explicar las apariciones de dichas grietas y humedades.
“El agua bajo el museo no me sorprende”, explicó Moneo a El País. “Dispusimos dos pozos en la zona de los Jerónimos, porque contábamos con las aguas que venían desde el Retiro. Sabíamos que con las pantallas íbamos a interrumpir el movimiento natural del flujo subterráneo. Por eso hicimos los dos pozos, porque había que canalizar las aguas convenientemente”.
Sin embargo, y aunque el equipo de Moneo proyectó varios pozos dentro y fuera de la institución para la extracción del agua, el informe concluye que no son suficientes para poder mantener la seguridad estática e hidráulica del edificio. Tal es así que si se detuvieran las extracciones, el edificio correría peligro de hundimiento.
Vía El País.