

Descripción enviada por el equipo del proyecto. La vivienda se ubica en el pueblo de Todos Santos, Baja California Sur, dentro de un desarrollo habitacional cuya característica principal es un huerto urbano central que articula y da identidad al conjunto. A partir de este elemento paisajístico se estructura tanto la implantación como el diseño arquitectónico de la vivienda, la cual busca establecer una relación directa y constante con dicho elemento verde.


El concepto parte de la intención de generar una arquitectura que se conecte visual y funcionalmente con su entorno inmediato. La vivienda toma su nombre del maya Ka Anche, que significa "cama alta donde se siembran plantas", y se inspira en la idea de un volumen elevado que se separa del terreno natural, permitiendo la creación de espacios intermedios donde se integran jardineras, vegetación y ventilaciones naturales, formando así un gran "Ka Anche" habitable. Esta estrategia formal se materializa en un volumen superior que parece flotar sobre una planta baja abierta, generando una sensación de ligereza y continuidad con el paisaje.

El programa solicitado por el cliente contemplaba una vivienda de cuatro habitaciones que se abrieran hacia el huerto central, favoreciendo una conexión interior-exterior constante. Con este objetivo, la distribución de los espacios se planteó de forma que todas las recámaras y áreas sociales tuvieran orientación hacia el centro del conjunto.

Para garantizar la privacidad con respecto a las zonas comunes, la casa se elevó un metro sobre el nivel natural del terreno. En la parte posterior se generaron áreas recreativas privadas, como una piscina, un fire pit y un asador, los cuales se acomodan a la topografía mediante una serie de plataformas a distintos niveles que generan experiencias espaciales variadas y aprovechan el desnivel natural del terreno.


Las áreas sociales en planta baja se abren completamente hacia el frente y la parte posterior del terreno, favoreciendo una circulación fluida y el contacto directo con el exterior. Las múltiples terrazas que rodean la casa permiten disfrutar de las vistas naturales del lugar, contemplar los amaneceres y atardeceres característicos de la región, así como observar el cielo nocturno con claridad.

En cuanto a la materialidad, se optó por el uso de elementos locales que refuerzan la identidad regional del proyecto y se integran armónicamente con el contexto. Los muros de block recubiertos con pasta de barro proporcionan una tonalidad cálida y terrosa, característica del entorno de Baja California Sur. Se empleó también piedra blanca de la región en muros puntuales, aportando textura, masa térmica y un carácter distintivo. Los baños y pasillos cuentan con celosías de vara de madera trabada, que permiten el paso de luz y aire sin sacrificar privacidad.

Esta elección de materiales responde no solo a criterios estéticos, sino también a principios de sostenibilidad, bajo impacto ambiental y respeto por las tradiciones constructivas locales. El resultado es una vivienda que promueve la vida al aire libre, fomenta una relación estrecha con el paisaje y ofrece espacios que se adaptan tanto a las dinámicas sociales como a las cualidades naturales del sitio.