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Arquitectos: Anouk Migeon, Martin Migeon Architecture
- Área: 150 m²
- Año: 2022
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Fotografías:Gion von Albertini
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Proveedores: Kline K-Line
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Situado en una pequeña aldea de Charentes-Maritimes (FR) que domina el estuario de la Gironda, un antiguo granero se transforma en una casa de vacaciones. El proyecto se concibe como una secuencia de volúmenes diferenciados, cada uno con su propia orientación y características distintas.
El primer gesto consiste en proponer una extensión ampliamente abierta respecto al estuario. Los edificios preexistentes se articulaban originalmente en torno a un espacio compartido con los vecinos para satisfacer las necesidades de la agricultura y la cría de animales, ignorando así las vistas. La extensión reúne los principales espacios colectivos para la familia (cocina, salón-comedor, estufa de leña) y da acceso a una gran terraza cubierta.
El segundo gesto consiste en retirar un techo entre dos de los volúmenes existentes para crear un patio. Este nuevo espacio exterior, directamente conectado con la terraza de la extensión, está bien protegido del viento y permite un ambiente y un uso alternativos. De estas dos operaciones resulta un proyecto hecho de juxtaposiciones de volúmenes, circulaciones, usos y materiales. Los encofrados de hormigón visto se realizan in situ para crear grandes aberturas y reforzar los muros.
La nueva extensión desarrolla su carácter material mediante la juxtaposición de tres elementos: una fachada de madera en gran parte cerrada en el lado de la calle; un pórtico de hormigón visto con tres columnas y una viga; y una colonnade monumental formada por cinco columnas circulares de hormigón pulido, sobre las que se apoya la estructura de madera de la cubierta que define la forma del volumen.
El proyecto inicia un nuevo diálogo entre lo antiguo y lo nuevo, generando curiosos collages de materias primas, volúmenes, cubiertas y geometrías. Las múltiples aberturas permiten que los espacios exteriores e interiores se entrelacen a través de una variedad de trayectos de uso cotidiano. En invierno, la estufa de leña quema tranquilamente y uno puede relajarse observando el agua a lo lejos. En verano, todas las ventanas están abiertas, el aire fresco y los miembros de la familia circulan con fluidez, moviéndose entre piedras viejas y elementos nuevos, entre el abrigo y el paisaje.