Rehabilitar un edificio no es una tarea simple. Además de requerir una gran sensibilidad para identificar y reconocer el valor histórico de las preexistencias, y así decidir qué se perderá en el tiempo y qué se reemplazará por nuevos elementos, de acuerdo con el programa actual, también es una estrategia que va más allá de los límites del diseño y entra en temas como la sostenibilidad y la economía de los medios. Después de todo, estamos hablando de reciclar una estructura, o partes de ella, y esto tiene consecuencias tanto formales como ambientales.
Ya sea por la demolición total de un proyecto, por un reemplazo tecnológico –en la búsqueda de un sistema de cubierta más efectivo- o por el cambio parcial por rotura o desgaste de piezas particulares, las tejas suelen ser elementos que se acumulan con relativa facilidad entre los desperdicios de obra. Como su costo de producción es usualmente bajo, se las recicla o reutiliza con poca frecuencia y si se lo hace, en general, es bajo su misma función original -es decir se las limpia y se las coloca nuevamente en otro techo-. Por suerte, junto con la creciente toma de conciencia respecto a los costos ambientales de la producción arquitectónica y el aumento del compromiso en el tratamiento de los desechos de obra, han surgido algunos proyectos que logran recuperar estos elementos de manera innovadora para darles, a través del reciclaje, una nueva vida en muros, fachadas, parasoles, solados y hasta mobiliario.
Ancestralmente, los elementos naturales solían ser las únicas materias primas con las que los pobladores originarios materializaban sus refugios temporales o viviendas permanentes. En la actualidad, la conciencia ambiental y el interés por los métodos de construcción ecológicos han dado lugar a prácticas más sostenibles que apuestan por adaptar estos procedimientos a los requerimientos contemporáneos. De esta manera, incorporando materiales biodegradables y de bajo impacto ambiental en sus proyectos y fusionándolos con recursos modernos para potenciar sus ventajas físicas, algunos arquitectos y arquitectas han logrado recuperar las técnicas ancestrales de sus regiones, emprendiendo un camino hacia la bioconstrucción.
Manuel Lima es un diseñador, investigador y autor conocido por su trabajo en visualización y mapeo de redes complejas. Es fundador de VisualComplexity.com, miembro de la Royal Society of Arts y fue nombrado una de las "50 Mentes más creativas e influyentes" por la revista Creativity. Hoy en día, trabaja como Senior UX Manager en Google.
La siguiente entrevista explora sus inspiraciones y procesos, así como sus puntos de vista sobre cómo la visualización de datos puede ayudar a mejorar la calidad de nuestras ciudades.
Es incuestionable que los entornos influyen directamente en el comportamiento y las emociones de sus usuarios. Se estima que los seres humanos pasan aproximadamente el 90% de su vida en espacios interiores, por lo que es muy importante que estos favorezcan positivamente nuestra capacidad cerebral, o que al menos no vayan en su contra. Existe un término específico para relacionar los estímulos que recibe el cerebro según su entorno: la neuroarquitectura. Se han publicado varios estudios sobre este tema, la mayoría centrados en su impacto en los entornos de trabajo. Este artículo pretende abordar este concepto desde sus puntos más esenciales, enfatizando su importancia en el diseño de espacios para niños en la primera infancia.
Con la mayor parte del mundo viviendo en ciudades y pueblos en crecimiento, las personas tienden a pasar la mayor parte de su tiempo en espacios interiores. Cuando no estamos en casa, estamos trabajando, aprendiendo o incluso participando en actividades de esparcimiento en entornos cerrados. Sumando todo, pasamos el 90% de nuestro tiempo en el interior. Por lo tanto, es esencial garantizar una calidad ambiental interior cómoda, productiva y saludable, siguiendo parámetros bien regulados y prácticas de diseño que consideren la temperatura, la iluminación, la contaminación acústica, la ventilación adecuada y la calidad del aire que respiramos. Esto último es especialmente importante, ya que, al contrario de lo que podríamos pensar, la contaminación del aire es mucho mayor en interiores que en exteriores.
Los conceptos de reutilización y reciclado adquieren una extrema relevancia en los contextos vinculados a la construcción civil, especialmente si se considera el enorme consumo de energía y la cantidad de desechos que se producen al llevar adelante los procesos necesarios para la materialización de una obra de arquitectura. Los elementos constructivos formados a partir de la reutilización de objetos y materiales antiguos –que han sido reestructurados para cumplir una nueva función- representan una oportunidad única para que los diseñadores se involucren con los procesos de reciclado y la industria constructiva emprenda un camino hacia un futuro más sostenible y responsable.
Ecuador, por su clima y cualidades territoriales, posee una inmensa diversidad de bambús: tiene 6 géneros, y 42 especies identificadas, de las cuales 11 son endémicas. De todas ellas, la caña Guadua angustifolia es considerada la especie más importante en cuanto a su abundancia y propiedades físicas y mecánicas. El término indígena guadua fue empleado por las comunidades originarias de Ecuador y Colombia para designar a esta especie de “bambú nativo”, que luego sería rebautizado como “Guadua angustifolia” que significa “hoja angosta”–y taxonómicamente pertenece a la familia Poaceae y a la subfamilia Bambusoideae-. El uso de este material es tan antiguo que, según el libro ‘Nuevas técnicas de construcción en bambú’ (1978), en el Ecuador se han encontrado restos en construcciones que se estima tienen 9500 años de antigüedad.
En la actualidad, el déficit de vivienda afecta a prácticamente todos los países del mundo. Según un estudio realizado por el Instituto Global McKinsey, 330 millones de familias urbanas en todo el mundo carecen de una vivienda digna, o los costos de la vivienda son tan altos que necesitan renunciar a otras necesidades básicas como alimentos, atención médica y educación para los niños. Según el WRI (World Resources Institute), se estima que 1.600 millones de personas carecerán de una vivienda adecuada para el año 2025.
Resolver este problema es, comprensiblemente, complejo. Tener una buena vivienda significa mucho más que simplemente tener un techo sobre tu cabeza. Una buena vivienda es esencial para la seguridad física y financiera, la productividad económica y el bienestar humano. Además de la comodidad adecuada, es esencial que las casas se integren con la ciudad, los trabajos, la infraestructura y los servicios. Para las personas en situación de calle, este problema es aún más delicado. Entre muchas otras necesidades, tener un lugar para estructurar una vida es esencial para avanzar y prosperar. Un proyecto que enfrenta este problema es Emerald Village Eugene (EVE), una comunidad de micro-viviendas asequibles, que permite a sus residentes comenzar una transición hacia una casa mejor.
La pandemia de COVID-19 ha transformado nuestras vidas y tendrá repercusiones significativas y duraderas tanto en la sociedad como en la industria, muchas de las cuales seguramente influirán en la forma en que abordamos el diseño de nuestros edificios y ciudades. Durante las últimas semanas, el equipo de Diseño Urbano de Foster + Partners ha estado explorando cómo los desarrollos recientes y rápidos en la planificación urbana, instigados y alentados por la crisis actual, afectarán y darán forma al futuro de Londres y otros en todo el mundo.
Por definición, "espacio público" es una terminología que aborda la noción de propiedad de la tierra, lo que sugiere que no pertenece a nadie en particular, sino al estado mismo y, por lo tanto, a todos y cada uno de nosotros. Esto significa que el mantenimiento de estos espacios es una obligación que recae en las administraciones públicas, ya sea a nivel municipal, estatal o federal. Los espacios públicos abiertos, gratuitos y accesibles encuentran su relevancia no solo en sus definiciones legales, sino principalmente cuando toman un papel activo hacia el cambio.
Los espacios públicos son lugares de protestas y manifestaciones, herramientas poderosas para la expresión social y la transformación política. Desde la marcha en Washington por mejores oportunidades y libertad de expresión en 1963, pasando por la Primavera Árabe en 2010 hasta la última ola mundial de manifestaciones en defensa de la vida y contra todas las formas de discriminación racial, históricamente, los espacios públicos han funcionado como una herramienta importante de transformación social En momentos como este, aunque todavía tenemos que "salir a la calle" para luchar por nuestros derechos, hacernos oír y ser vistos, los espacios públicos finalmente están de vuelta en el centro de atención, arrojando una nueva luz sobre su importante papel en la construcción de identidad colectiva y como herramienta de expresión social.
Fig 3. Javier Lucas, Gimnasio Siglo XX, 1991 Fotografia derecha: Jose Hevia, 2005 Procedencia: COLL-LECLERC. Image Cortesía de Revista rita_
Este artículo de Jaime Coll Lópezfue publicado originalmente en el número 10° de revista rita_ con el título "Determinación vs indeterminación en el espacio domestico". Una critica a la flexibilidad en la vivienda, uno de los principales paradigmas de la arquitectura doméstica del siglo XX.
La cantidad total de agua en nuestro planeta es, teóricamente, la misma desde su formación. Es posible que el vaso de agua que tomaste hace unas horas contenga partículas que han circulado por el río Ganges, algunas que han pasado por el sistema digestivo de un dinosaurio y otras que han enfriado un reactor nuclear. Por supuesto, antes de calmar su sed, se evaporó y cayó como lluvia millones de veces. El agua puede ser contaminada, desperdiciada, mal utilizada, pero nunca creada o destruida. Según un estudio de la UNESCO, se estima que la Tierra contiene aproximadamente 1386 millones de kilómetros cúbicos de agua. Sin embargo, el 97.5% de esta cantidad es agua salina y solo el 2.5% es agua dulce. De esto, la mayor parte (68.7%) se encuentra en forma de hielo y nieve permanente en la Antártida, el Ártico y en las regiones montañosas. Luego, el 29.9% existe como agua subterránea. Solo el 0.26% de la cantidad total de agua dulce en la Tierra está disponible en lagos, embalses y cuencas, fácilmente accesibles para las necesidades económicas y vitales del mundo. Con el aumento de la población, especialmente en las zonas urbanas, varios países ya tienen graves problemas para ofrecer la cantidad de agua potable a sus poblaciones.
En ciudades densas, donde las construcciones suelen desarrollarse en lotes entre medianeras, la gran proximidad a otras edificaciones ya representa por si sola un gran desafío a la hora de diseñar espacios de calidad que incorporen recursos como luz natural o ventilación cruzada. Sin embargo, esta condición a veces no es la única limitante: la naturaleza múltiple y cambiante de la ciudad, en algunos casos, pueden dar lugar al surgimiento de lotes atípicos -originados a partir de propiedades que se subdividen y generan nuevas parcelas o casas ensambladas que conviven en un mismo terreno-. En general, las dimensiones reducidas y las proporciones no convencionales suelen generar interrogantes en torno a cómo distribuir el programa eficientemente para aprovechar al máximo el espacio disponible
La arquitectura de emergencia en Latinoamérica es un concepto que se le atribuye a aquellos espacios que funcionan como un refugio temporal frente a circunstancias adversas, tales como terremotos, inundaciones, procesos migratorios, etc. Distintos países como México, Chile, Colombia, Ecuador, Uruguay y Panamá han sufrido acontecimientos que requirieron la redefinición de las viviendas de emergencia según las necesidades específicas de cada país.
En la década de 1920 se terminaba el barrio de viviendas para empleados industriales Cité Frugès en Pessac, Francia. Uno de los actuales 17 sitios de Le Corbusier catalogado como patrimonio de la UNESCO.
Las inundaciones son un problema importante para los edificios en todo el mundo, afectando incluso a obras magistrales como la Casa Farnsworth, que ha enfrentado problemas con el agua más de una vez. En particular, un tercio de todo el territorio continental de los Estados Unidos está en riesgo de inundarse esta primavera, especialmente las llanuras del norte, el medio oeste superior y el sur profundo. En abril pasado, inundaciones mortales diezmaron partes de Mozambique, Malawi, Zimbabwe e Irán, resultando en una estimación baja de 1.000 muertes, mientras que decenas de miles de personas fueron desplazadas. Si bien la arquitectura no puede resolver o proteger totalmente a los seres humanos de las inundaciones más severas, es posible, y necesario, tomar una serie de medidas de protección que podrían mitigar el daño y, en consecuencia, salvar vidas.
El ambiente que habitamos nos influye directamente. Cuando pensamos en los niños y niñas, este entorno debe ser especialmente seguro, accesible y, al mismo tiempo, estimulante, para que puedan moverse y desarrollarse libremente sin poner en peligro su integridad física. Ya hablamos en otra oportunidad sobre cómo crear juegos infantiles en espacios interiores, y hoy, decidimos reunir una serie de ejemplos que utilizan la calidez y versatilidad de la madera para crear interiores interactivos, creativos y divertidos para la infancia.