Al momento de crear espacios de exposición, el diseño de la experiencia, la propuesta de recorrido o la transmisión de ciertas percepciones y sentidos aportan a la creación de diferentes vínculos y conexiones entre los objetos exhibidos y sus visitantes. Entendiendo el carácter de un showroom como aquel espacio pensado para mostrar productos y servicios de forma creativa y experiencial, ¿qué estrategias de diseño podrían mejorar las experiencias interiores de sus usuarios? ¿cómo dialoga el diseño de interiores con la arquitectura de exposición?
El mundo se ve ciertamente diferente a través de los ojos de un niño pequeño; enorme, intrigante y algo abrumador. Cuando se le preguntó por sus recuerdos de la infancia en Suiza, Peter Zumthor compartió que los recuerdos de su juventud contienen las experiencias arquitectónicas más profundas, las que se han convertido en reservas de las atmósferas e imágenes arquitectónicas que explora en su trabajo como arquitecto en la actualidad.
Para comprender completamente cómo los niños cambian y crecen física y psicológicamente a lo largo de su infancia, es necesario observar en profundidad diferentes factores; como sus rasgos hereditarios y su genética, las interacciones que tienen con otros niños y adultos, así como el entorno en el que viven, juegan y aprenden. Para celebrar el Día Mundial de la Infancia, el 20 de noviembre, analizamos cómo los arquitectos y diseñadores estimularon la autonomía de los niños, promoviendo su bienestar mental y físico a través de la arquitectura y el diseño de interiores.
Al diseñar un espacio arquitectónico resulta necesario pensar como satisfacer las necesidades de cada uno de sus usuarios buscando lograr un adecuado grado de confort y una experiencia placentera. Los auditorios, cines y teatros son espacios que involucran a grandes masas de personas por lo que debe prestársele especial atención a factores como la isóptica, la acústica o la accesibilidad para que a la hora de presenciar un evento todos sean capaces de recibir la misma información.
Si bien la violencia urbana es un reflejo de los problemas sociales y las desigualdades, también lo es del territorio y de nuestra forma de vida. El 2 de octubre se celebró el Día Internacional de la No Violencia. Inspirados en él, destacamos aquí una serie de proyectos para reflexionar en torno a formas no violentas de experimentar los espacios públicos.
Las formas curvas siempre han despertado la fascinación de los arquitectos por referirse a la belleza de la naturaleza, su fluidez, su dinamismo y su complejidad. Sin embargo, replicarlas no es una tarea fácil. Desde su representación bidimensional o tridimensional, hasta la realización de formas orgánicas en materiales, esto representa una enorme dificultad, que requiere de experiencia técnica y gran conocimiento para lograr buenos resultados. Pensar en formas de crear procesos industriales para la producción de piezas con formas orgánicas, a partir de materiales naturales, es aún más complicado.
Sumado a esto, trabajar con un material natural como la madera tiene sus particularidades. La especie de madera, el lugar donde creció el árbol, los climas que enfrentó, cuándo se cortó, cómo se cortó o se secó, entre muchos otros temas, influyen en el resultado final. Pero es difícil comparar la belleza y la calidez que aportan las superficies de madera a los espacios interiores. Si se desarrollan los procesos adecuados, la madera también se puede curvar y mantener la forma deseada. Para esto, existen algunas técnicas conocidas.
Hay dos razones principales por las que las ventanas de los barcos son redondas. Son más fáciles de sellar y, sobre todo, son más resistentes a la alta presión que ejerce el agua sobre ellas. Esto se debe a que las esquinas son los lugares donde, naturalmente, se concentran las tensiones, debilitando la estructura en su conjunto. Es también por eso que las ventanas de los aviones son pequeñas y redondeadas; las altas presiones se distribuyen en las formas curvas, reduciendo la probabilidad de grietas o roturas.
En la arquitectura, las aberturas circulares son bastante antiguas. El Oculus ha sido una característica de la arquitectura clásica desde el siglo XVI. También conocido con la expresión francesa oeil de boeuf (u ojo de buey), las aberturas circulares o semicirculares se forman a partir de la construcción de arcos de mampostería, que permiten la creación de aberturas y la formación de vanos solo mediante el cierre de las piezas. Con el paso del tiempo y la incorporación de nuevas tecnologías y conocimientos constructivos, crear aberturas rectangulares en edificios comunes se ha vuelto más sencillo, racional y económico que los redondos. Aún así, continúan figurando en una multitud de proyectos.
El enfoque de Reggio Emilia fue creado en el período posterior a la Segunda Guerra Mundial, por iniciativa de un grupo de madres viudas y bajo la coordinación del periodista y educador Loris Malaguzzi. En una época centrada en la reconstrucción urbana de la posguerra, la principal preocupación del grupo era la formación de nuevas escuelas, donde querían potenciar un ambiente pacífico, acogedor y alegre, con un ambiente doméstico para los niños pudieran quedarse mientras sus madres trabajaban. Comprender los intereses de los niños y proporcionar un entorno adecuado para la exploración y la experimentación es uno de los puntos focales de esta pedagogía. La creación de un entorno seguro y estimulante es tan fundamental que, en mucha literatura, aparece como un 'tercer maestro'.