Para dar la bienvenida a la Primavera, los habitantes de Valencia (España) celebran con una gran festividad llamada Fallas. El evento, de impacto internacional, consiste en instalar monumentos escultóricos de cartón en los cruces de las calles. Para culminar el evento, estas instalaciones temporales son quemadas, simbolizando que lo malo queda atrás y se da lugar a una nueva estación del año.
En este contexto, los arquitectos de Nituniyo y Memosesmas, diseñan para la comisión Castielfabib un pabellón como monumento principal que los represente en esta festividad. El proyecto se estructura de cartón troquelado, generando un espacio envolvente, con un interesante concepto y que invita a participar.
Arquitectos: NITUNIYO + MEMOSESMAS
Ubicación: Calle Marques de Sant Joan, Valencia, España.
Promotor: Falla Castielfabib
Año: Marzo 2016
Descripción de los arquitectos. El proyecto es consecuencia del encargo por parte de la comisión de la falla Castielfabib de realizar el monumento principal que les representase en las fiestas de la Fallas de 2016.
Como arquitectos, afrontamos el reto de realizar esta falla con las mismas herramientas que utilizamos en los proyectos de arquitectura. Se trata de obtener el mejor resultado posible con los mínimos medios, teniendo en cuenta una serie de limitaciones como nuestros conocimientos sobre el mundo de las fallas, la optimización del espacio y los medios técnicos disponibles. Y en unos plazos de ejecución muy estrictos, lo que exigía una planificación factible del ritmo de fabricación.
La representación de una gran cabeza es un tema recurrente en las fallas, y nos permitía la incorporación de una serie de aportes que nos parecían interesantes, como la posibilidad de generar un elemento visitable, un lugar participativo. Una gran cabeza vacía para decidir de qué cosas preferimos llenarla, transformando esa crítica en proposición. Por ello, decidimos que el lema de la falla fuera CAP BUIT, que en valenciano quiere decir tanto “cabeza vacía”, como “ningún vacío”. Condensando así todas nuestras inquietudes iniciales en un mismo concepto.
Con todas estas limitaciones e inquietudes se acomete la realización material del proyecto, con dos elementos claramente diferenciados, la cara y el pelo.
La cara es la parte pesada y robusta del conjunto, la encargada de asegurar la estabilidad del conjunto y está formada por cuatro piezas superpuestas fabricadas con tablero aglomerado y tablero dm. Se diseñó de manera que el acceso al interior de la falla se pudiera realizar a través de ella. Una vez en el interior, el visitante realiza un recorrido circular, rodeando el pozo central y finalmente saliendo a la calle por el lado simétrico de la cara.
El pelo está formado por piezas de cartón troquelado y pintado, trabadas entre sí de manera que conforman la envolvente de la cara, la forma de la cabeza. Esta cáscara, adquiere una cualidad textil por el modo en que las piezas de cartón están aparejadas y cosidas entre sí, además de una celosía que permite el paso de aire y luz a su través, de forma que el espacio interior estará fuertemente caracterizado por la luz natural filtrada. Las connotaciones del color dorado, que vinculamos a la riqueza material, sugieren que nuestra cabeza vacía está demasiado pendiente de esa riqueza que nos vacía más que nos llena. La vibración que los reflejos dorados propician a su vez una actitud dinámica, que incita a acercarse y rodear el monumento.
El proyecto finalizó en la quema del monumento, la “cremà”, que se inició en el interior de la falla, donde las propuestas de los participantes ardieron iluminando la falla como si de una lámpara se tratase, hasta que el fuego la consumió.
Con este proyecto, tratamos de poner en cuestión una serie de aspectos instalados en la tradición reciente de las fiestas. Para aportar una visión nueva, partimos de una serie de condicionantes, cada uno de los cuales significa una pequeña apuesta y un pequeño reto:
Combustión no contaminante. Queríamos evitar a toda costa la utilización del poliestireno expandido, cuya combustión es tan contaminante y desagradable, y emplear otro producto cuya combustión fuera menos nociva.
Eliminación de barreras urbanas. Ofrecer una alternativa a la impuesta actualmente para, en cierto modo, devolver la ciudad al ciudadano e incluirlo en la fiesta. Nos parece pertinente que el monumento fallero permita la posibilidad de acercarse, de tocarlo, sin restricciones ni peajes.
Participativo. Consideramos oportuno involucrar al espectador, hacerlo partícipe del proceso de creación. Mediante unos dípticos de cartón -del mismo con el que se construye la cabeza- en el que se imprimen una serie de iconos representativos de distintos aspectos de la vida, con el objeto de que cada cual subraye o tache aquellos que considere más o menos pertinentes para llenar nuestra vacía cabeza. Fomentando un mensaje positivo añadido a la crítica tradicional.
Sinceridad constructiva. La expresión exterior del objeto es consecuencia del sistema de composición interno, eliminando revestimientos y dejando a la vista la estructura interna, con la intención de reducir la distancia entre ser y parecer.