Pautas para una domesticidad entre muros.
Alpicat es un pequeño municipio al noroeste de Lleida cuya principal actividad económica es la agricultura y la industria cerámica. Su creciente población empieza a configurar pequeñas localidades dispersas por el territorio, la mayoría de las cuales sigue el modelo de ciudad jardín. La casa que construimos forma parte de una de ellas.
El proyecto trata de recuperar algunas de las condiciones paisajísticas de las viviendas tradicionales de la zona, así como los sistemas constructivos y los materiales. En este sentido, todos los materiales utilizados en la obra son locales: los ladrillos y las bovedillas proceden de la industria cerámica del municipio, mientras que tanto los elementos estructurales de hormigón como el resto de materiales que forman la casa, provienen de una importante empresa ubicada en la vecina Lleida.
Con el claro objetivo de habitar toda la parcela, ésta se coloniza mediante una serie de muros longitudinales de ladrillo manual, de la misma manera que se usan en la comarca muros de piedra seca desde hace más de cien años para el cultivo de la vid y la separación entre campos de cultivo. Se pretende huir de la tipología de la casa aislada en medio de una parcela entendiendo todo el solar como terreno habitable. Los muros que configuran la casa son a la vez la estructura y los cerramientos, y suponen las pautas para que la vida doméstica se desarrolle entre ellos. La posición longitudinal de los muros fomenta la relación de la casa con la calle y con los patios-jardín y evita las relaciones indeseadas e incómodas con los cercanos vecinos. Los espacios interiores de la casa se distribuyen con la máxima flexibilidad posible articulados por unos patios interiores que ofrecen en todo momento vistas al exterior.
La lógica constructiva se muestra en toda su realidad. Los muros se coronan con jácenas de hormigón armado sobre los que se apoyan las bigas de hormigón y un entrebigado de bovedillas cerámicas. El singular despiece nos permite tanto la sustracción de piezas a modo de celosías, que filtran la luz y ofrecen privacidad, como la adición de piezas que sobresalen del muro invitando a la vegetación a adueñarse de ciertas partes de la casa fomentando aún más la relación con la naturaleza y el paisaje.