
“La arquitectura es el escenario de cómo vivimos y la expresión de cómo pensamos. Refleja nuestra conformación del mundo para luego habitarlo y la geometría de lo que construimos está lejos de ser neutral. El entorno construido, como el sistema biológico y otros sistemas naturales que compromete, necesita funcionar confiablemente en formas complejas adaptables a muchos niveles diferentes. Tales sistemas adaptativos y sostenibles tienen las características similares de que, a pesar de tener orígenes distintivos, se desarrollan de una manera muy similar.” (Nikos Salingaros y James Kalb)
Antes de todo, es menester aclarar que este artículo trata de la espacialidad arquitectónica conquistada desde un principio matemático, con la aplicación de patrones y proporciones geométricas presentes en las geometrías de la Naturaleza biológica, y no de una espacialidad simplemente justificada y conceptualmente derivada de una mimesis visual o inspiración estética en las mismas geometrías de la Naturaleza. Este sustento conceptual viene naturalmente derivado del acto consciente del diseño apoyado por el análisis y la aplicación de elementos geométricos. El diseño es el traductor y la geometría su corrector. En su mayoría, el proyecto arquitectónico está delineado por la geometría fractal y sus movimientos de simetría, pero también por la aplicación de elementos geométricos de la Geometría Sensible. A estas herramientas y metodología de proyecto le llamaremos Diseños Biológicos. [1] (2)