Manuel Rodríguez

Fundador de Nivelarte

EXPLORA AQUÍ LOS ARTÍCULOS DE ESTE AUTOR

La belleza de una abandonada central de energía, fotografiada por Manuel Rodríguez

El fotógrafo de arquitectura Manuel Rodríguez ha viajado hasta Monceau-sur-Sambre en Charleroi (Bélgica) para registrar una impresionante central eléctrica construida en 1921 y que llegó a ser una de las plantas a carbón más grandes del país. En 2006 todas las miradas se volvieron hacia esta imponente construcción, al descubrirse que su actividad diaria generaba el 10% del total del CO2 emitido por Bélgica. Un escándalo que puso en pie de guerra a los activistas medioambientales de Greenpeace y que acabó con su actividad solo un año después.

Ahora, en pleno 2016, caminar por esta edificación es una suerte de la que no muchas personas podrán volver a disfrutar: la central eléctrica va a ser demolida.

La belleza de una abandonada central de energía, fotografiada por Manuel Rodríguez - Image 1 of 4La belleza de una abandonada central de energía, fotografiada por Manuel Rodríguez - Image 6 of 4La belleza de una abandonada central de energía, fotografiada por Manuel Rodríguez - Image 7 of 4La belleza de una abandonada central de energía, fotografiada por Manuel Rodríguez - Image 11 of 4La belleza de una abandonada central de energía, fotografiada por Manuel Rodríguez - Más Imágenes+ 11

Fotografiando el Hospital Valentin Vignard, un perfecto juego de formas

Manuel Rodríguez -arquitecto técnico, fotógrafo de arquitectura y fundador del sitio web Nivelarte- sigue compartiendo con todos nosotros una serie de artículos enfocados en su pasión. Su trabajo como fotógrafo de arquitectura lo ha llevado a registrar obras en Dinamarca, Noruega, Reino Unido, Francia, Bélgica y su natal España. En esta ocasión, Manuel Rodríguez nos cuenta su experiencia y observaciones técnicas fotografiando el La Roche Bernard en La Roche-Bernard, Francia.

Llegando a la frontera de la Bretaña francesa nos encontramos con La Roche Bernard, un pequeño pueblo de arraigada tradición pesquera. La piedra de sus edificaciones ya desgastada por el tiempo, así como sus callejuelas empinadas, pintorescas y repletas de un verde tan natural como intenso, convierten a la ciudad en un espacio arquitectónicamente inspirador.

Recorriendo sus paseos y disfrutando de su rica gastronomía en sus bellas terrazas te das cuenta de que estas construcciones son parte de un tiempo ya pasado, muy lejano al momento en que se construyó el Hospital Valentin Vignard, un edificio que forma parte del pueblo, pero que parece un extraño dentro de él.