La simple actividad de dar un paseo por la noche puede fácilmente pasar a convertirse de una actividad tranquila y relajante en una tarea peligrosa si se elimina un solo elemento del paisaje urbano: el alumbrado público. Si bien no suele reconocerse como un aspecto definitorio de los entornos urbanos, la iluminación artificial ha desempeñado un papel esencial en la definición del carácter de las ciudades modernas. El control del delito, el atractivo de la vida nocturna, el auge de la vitrina, los movimientos revolucionarios, las utopías y los ideales de equidad social son conceptos cuyo desarrollo está estrechamente ligado a la historia del alumbrado público. Los avances tecnológicos de los últimos siglos han moldeado continuamente la apariencia y el simbolismo de las luminarias de las calles pero aún así, estos elementos han permanecido como una constante a lo largo de su historia.
La luz es una parte constitutiva de varias disciplinas, da forma al mundo tal como lo conocemos. En física sirve como medida de la velocidad, explica la visión, el registro de imágenes por el ojo, por el lente de la cámara. A lo largo de la historia del arte, la representación de la luz –o la ausencia de ella– ha guiado movimientos seculares en diversas manifestaciones con técnicas y soportes igualmente diferentes. Lo que significa que la luz –y su derivado, la sombra– son capaces de crear diferentes ambientes, atmósferas y sensaciones, que se pueden percibir en objetos y espacios. De este modo, la luz también es constitutiva de la arquitectura.
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Jenny Holzer, instalación en Guggenheim Nueva York. Foto: fluido & franz, CC BY-NC-SA 2.0 via Flickr
La luz ha estado presente en el arte durante siglos. Pensar el barroco o el gótico sin este elemento sería imposible. Sin embargo, fue en el siglo XX cuando los artistas comenzaron a explorar las cualidades de la luz y las transformaron en su propio medio para materializar el arte. Esculturas, instalaciones inmersivas y formas de modelar el entorno a través de la luz, sus colores e intensidades, trajeron nuevas percepciones espaciales al trazar una relación única con la arquitectura.
Desde el fuego en las cavernas hasta el alumbrado público en las ciudades, la iluminación ha evolucionado de manera constante junto a los avances de la tecnología - y en los últimos años, ha comenzado a cambiar de manera aún más significativa debido a la creciente conciencia sobre su impacto en el medio ambiente y en la salud de las personas. Hoy en día, no es exótico encontrar el LED de encendido automático en los espacios de trabajo y hogares tanto para mejorar la eficiencia energética como el bienestar y el confort. Al mismo tiempo, en las plazas y calles se integran cada vez más con sensores y configuración de software que permiten mejorar la seguridad y la movilidad. Y si se estima que la población mundial viviendo en ciudades crecerá al 68% para 2050, sin dudas la iluminación urbana se convertirá en un factor aún más importante de considerar.
Pero para aprovechar al máximo estas oportunidades, debemos pensar en la iluminación como parte de una visión integral y trabajar juntos para crear mejores soluciones. ¿Cuál será el futuro de la iluminación? Esta pregunta lanzamos a nuestros lectores y luego de revisar una inmensa cantidad de comentarios y opiniones, tanto de profesionales de la construcción, como de estudiantes e interesados en la arquitectura, fue una sorpresa encontrar coincidencias y visiones sobre la importancia de ir un paso más allá de lo actual sin agregar más polución lumínica - y siendo más amigable con todos los seres vivos. Conoce los principales puntos de vista, a continuación.
El legado de Luis Barragán está en el uso de la luz y el color. El enfoque sensible de Tadao Ando hacia la luz natural estableció su propio lenguaje arquitectónico. Las dramáticas transformaciones interiores de James Turrell exploran una percepción única de las experiencias visuales donde "la luz no es una herramienta para permitir la visión, sino algo para mirarse a sí mismo". Las instalaciones inmersivas de Olafur Eliasson juegan con la psicología de los espectadores usando solo luz, agua y aire. Estos arquitectos y diseñadores, entre otros, han reinventado cómo se percibe la luz, inspirando a generaciones de arquitectos a hacer lo mismo con la forma en que entienden y emplean la luz.
Cada vez que la luz incide sobre una superficie habrá una sombra, por insignificante que sea su foco. El contorno apenas será visible, pero otras formas cobrarán protagonismo en este juego de luces y sombras. En el caso de ser proyectado por danza solar, se agrega una dinámica latente a las sombras que puede ser utilizada para intensificar fenómenos cotidianos, rompiendo la monotonía del espacio. Las aberturas ortogonales en un largo corredor o las piezas tejidas en un patio son ejemplos de elementos constructivos que crean manchas de luz y sombra, trayendo además deleite estético y confort térmico a sus usuarios. De esta forma, se hace evidente que estos elementos intangibles son partes esenciales de un entorno que, mucho antes de que Louis Kahn declarara el poder de las sombras, ya estaba siendo manipulado.
Desde el fuego en las cavernas prehistóricas hasta el alumbrado público en las ciudades inteligentes, la iluminación ha evolucionado de manera constante junto a los avances de la tecnología. Sin embargo, en los últimos años, ha comenzado a cambiar de manera aún más significativa en términos de su diseño y su funcionalidad debido a la creciente conciencia sobre su impacto en el medio ambiente y en la salud de las personas.
¿Qué estrategias proyectuales o nuevas tecnologías pueden integrarse en el diseño arquitectónico sin poner en riesgo al medioambiente? Durante los últimos años, las energías renovables están pisando cada vez más fuerte a nivel mundial y la energía solar fotovoltaica es una de las tantas que presentan un crecimiento exponencial.
Se trata de una lámpara de escala monumental, con más de 6 metros de altura y 55 m2 de area, que se descuelga del patio principal del monasterio de la Purissima Concepció, transformando este edificio del siglo XVII de forma radical a través de la luz y el color.
Un estudio reciente sugiere que nuestra galaxia, la Vía Láctea, no puede ser vista por un tercio de la humanidad. ¿Porque? Millones de focos urbanos permanecen encendidos en nuestras ciudades todas las noches, pero solo una parte de su luz se utiliza para iluminar calles o aceras; el resto se pierde y se emite por encima del horizonte, iluminando el cielo nocturno y contribuyendo a lo que se conoce como contaminación lumínica.
Como el brillo artificial de las ciudades aumenta cada año, las consecuencias de este fenómeno urbano van más allá de impedirnos ver las estrellas. Otros efectos dañinos incluyen: causar deslumbramiento peligroso que puede reducir la seguridad, consumo excesivo de energía, desperdicio de dinero y recursos, interrupción de los ciclos naturales de día y noche de los ecosistemas, supresión de la producción de melatonina y varias repercusiones negativas para la salud pública. En este sentido, elegir las luminarias adecuadas (con un diseño bien pensado) es fundamental para reducir la contaminación lumínica.
Hace algunos días el Tec de Monterrey dio a conocer el nuevo espacio ‘Skyspace: Espíritu de Luz’, una instalación diseñada por el artista estadounidense James Turrell que ahora forma parte de DistritoTec en Monterrey, México como un destino cultural que contribuye a la calidad del espacio haciendo uso de la innovación. Esta obra, que se diseñó como un observatorio para generar una experiencia visual única a través de una secuencia de luces cada 12 horas, por la mañana y por la tarde, surge del movimiento artístico ‘Light & Space’, forma parte de un homenaje a la vida y obra de don Eugenio Garza Sada y Eugenio Garza Lagüera.
Para la mayoría de las personas, la vida moderna requiere pasar la mayor parte del día en espacios interiores; de hecho, según un informe de la Agencia de Protección Ambiental, la persona promedio pasa alrededor del 90% de su vida en interiores. Como resultado, esto implica perderse los beneficios para la salud asociados con la exposición a la luz solar, como la absorción de vitamina D, la regulación de los ritmos circadianos, niveles más altos de energía e incluso un mejor estado de ánimo. Así, una opción es aumentar la cantidad de tiempo que pasamos al aire libre. Pero dado que la mayoría de las funciones diarias se llevan a cabo dentro de los edificios, es crucial incorporar y priorizar la iluminación natural en los interiores.
La luz cumple un propósito esencial en la arquitectura: ayudarnos a ver. Ya sea a través de métodos naturales o artificiales, las habitaciones deben iluminarse en consecuencia para que los ocupantes puedan habitarlas de manera segura y cumplir con sus funciones diarias. Cuando se selecciona el sistema adecuado, la luz también puede contribuir a la eficiencia energética y la sostenibilidad dentro del edificio en su conjunto. Sin embargo, además de su evidente valor funcional y medioambiental, el diseño de iluminación puede tener un gran impacto en el confort visual y el tono estético de los interiores al llamar la atención sobre las texturas, realzar los colores y definir los volúmenes. Por lo tanto, de las muchas piezas que intervienen en el diseño de interiores, la iluminación es sin duda una que puede realzar o destruir un espacio e incluso afectar el bienestar de los usuarios, por lo que debe considerarse un elemento de diseño crucial en sí mismo.
Si bien una obra de arquitectura nace de materiales palpables, también se define por cualidades intangibles que le otorgan riqueza, dinamismo y vitalidad. Entre ellas, el juego de luces y sombras – con sus diversos matices – puede transformar ambientes y definir la percepción de sus formas, determinando la experiencia espacial del usuario. Las celosías, además de proveer ventilación natural, privacidad y confort térmico, permiten esta dualidad al filtrar la entrada de luz solar mientras proyectan figuras repetitivas en la superficie. De este modo, a través de muros o cielos perforados, surgen patrones geométricos de luz y sombra que se convierten en un elemento más de diseño; en una huella física capaz de crear atmósferas únicas.
Si bien es cierto que la obra del arquitecto mexicano Luis Barragán es mundialmente reconocida y estudiada debido al invaluable compromiso con la arquitectura de su tiempo y su contexto –pero sobre todo erigida sobre cimientos profundamente armónicos y poéticos que conectan con una búsqueda muy personal en "soledad cósmica, con México como la morada temporal que acepta amorosamente" como lo describió el Jurado del Premio Pritzker al galardonarlo en 1980– a la fecha (y todavía antes del lanzamiento del sitio web de la Barragan Foundation) resultaba un tanto difícil entender el espectro completo que representa Barragán dentro de la historia de la arquitectura ya que algunas obras han permanecido privadas (o de difícil acceso) por varios años.
Como parte de un proyecto colaborativo creado por mujeres creativas, surge "Ostras & Burbujas" un evento que tuvo lugar el pasado 28 de agosto en Cucina, Ciudad de México. Dicho evento se formuló a partir de la idea de crear un espacio inmersivo que partiera desde la idea de jugar con la percepción visual –en donde se jugó con el diseño y control de iluminación a cargo de Paola Jose, fundadora de SOMBRA con la tecnología de Lutron - Ketra–, alterando la atmósfera por medio de la luz y sumándole una experiencia culinaria encabezada por la chef Montserrat Garza quien conjugó el gusto, el olfato y el tacto mediante una cena compuesta de diversos tiempos y maridada por Cavanegra Natural Wine Club.
¿Cómo saber cuando tenemos suficiente luz? La pregunta es bastante difícil, pero cuando se tiene que calcular cuánta iluminación LED se necesita para crear un espacio bien iluminado, puede ser un poco más complicado.
Ya sea iluminación LED en arquitectura usada en lugares comerciales o residenciales, aquí te mostraremos cómo determinar cuántos lúmenes LED necesitarás para iluminar adecuadamente tus ambientes.