Este artículo fue publicado originalmente en Common Edge
Pasé cuatro días gloriosos en Copenhague el 2017 y me fui con un caso agudo de envidia urbana. (No dejaba de pensar: es como... un puerto americano, excepto que mejor.) ¿Por qué no podemos hacer ciudades como esta en los Estados Unidos? Esa es la pregunta que un nerd urbano como yo hace mientras pasea por las famosas calles peatonales, mientras hordas de daneses rubios y en bicicleta pasan rápidamente.