Benjamín Romano: "Creo en las soluciones reales, no en la inspiración"

Visitar la Ciudad de México en diversas ocasiones en los últimos meses me dio la oportunidad de conocer a varios arquitectos destacados. Esto a su vez, me dirigió a algunos otros que para mi sorpresa, era los arquitectos más reconocidos y destacados del país según la escena arquitectónica local. Me refiero específicamente a Alberto Kalach, Mauricio Rocha, —a quienes entrevistamos el año pasado como parte de la misma columna— y Benjamín Romano, cuyo nombre hacía eco cada que le preguntaba a varios arquitectos por su edificio favorito de los últimos años en la Ciudad de México. Fue así que además del favorito indiscutible: la Biblioteca Vasconcelos de Kalach; me di cuenta de que la Torre Reforma, —un edificio de oficinas de 57 pisos que se colocaba como el edificio más alto de la ciudad— se convertía en un nuevo clásico. La siguiente conversación con Romano, arquitecto responsable de este proyecto, se desarrolla dentro de una estructura inusualmente poderosa e inventiva.

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Torre Reforma. Image © Alfonso Merchand

Vladimir Belogolovsky: Sólo para empezar —¿hay alguna cuestión en particular que quieras abordar?

Benjamín Romano: Me preguntan muchas veces sobre por qué tengo tan pocos proyectos y por qué no estoy construyendo a nivel internacional. La respuesta es porque me gusta enfocarme completamente en mejorar mis proyectos. Me gustan tanto el diseño como la construcción, por lo que procuro involucrarme en todo lo relacionado en el proceso. Me gusta la idea de hacer mejoras y tener un control total sobre la arquitectura que hago. Es por eso que disfruto mucho trabajar en un proyecto a la vez. Actualmente estoy trabajando en un libro llamado Doing, que busca documentar todo lo que conlleva materializar un solo edificio: este edificio, Torre Reforma.

VB: ¿Cuáles son los proyectos en los que estás trabajando actualmente?

BR: Justo ahora tengo cuatro proyectos, todos en México pero incluso si me invitaran a hacer un proyecto en el Medio Oriente no lo haría. La mayoría de mis obras actuales se encuentran aquí, en la Ciudad de México, estos incluyen un edificio de oficinas así como un desarrollo residencial diseñado como parte del nuevo estudio y centro cultural del artista contemporáneo Javier Marín y un centro comercial en Guadalajara que se construirá sobre una casa histórica existente.

Torre Reforma. Image Courtesy of LBR + A

VB: Creo que sería justo decir que tu Torre Reforma es el edificio más emblemático de la Ciudad de México en la actualidad. ¿Era tu intención construir un nuevo icono para la ciudad?

BR: Para nada. De hecho, cuando empecé el proyecto me aconsejaron que hiciera un edificio cuadrado sencillo y la casa histórica en el sitio iba a estar simplemente contenida dentro de la nueva torre. Solo durante las etapas de planificación me di cuenta del potencial urbanístico de este lugar. De cualquier forma, no hubo una imagen particular preconcebida. Todas las decisiones de diseño se basaron en condiciones y requisitos muy específicos. Por ejemplo, la altura ininterrumpida sin un retroceso podía ser dos veces más alta que la distancia del Paseo de la Reforma; el edificio refleja eso, no fue un gesto puramente artístico. En mis proyectos trato de seguir al margen los códigos, la estructura y otros factores que modifico posteriormente. Mis composiciones siempre tienen como base las condiciones urbanas. Creo que es responsabilidad de los arquitectos reconocer primero las restricciones establecidas para responder a ellas antes de permitir cualquier tipo de aportaciones personales.

VB: Mencionaste que la arquitectura no se trata de inspiración.

BR: Definitivamente no.

Torre Reforma. Image © Alfonso Merchand

VB: Dijiste que la arquitectura es el resultado del análisis del sitio, del programa, de la estructura, etc. Pero, ¿cómo aplica esto en Torre Reforma? ¿Estarías de acuerdo en que si se le pidiera a diez arquitectos que diseñaran una torre en este sitio, tendrían diez soluciones completamente diferentes? Lo que significa que el diseño viene del arquitecto y toda lo demás solo lo complementa, sin definir completamente el proyecto. Es por eso que sugiero que siempre se parta de una visión preconcebida impulsada por una inspiración particular.

BR: No es mi caso y no es el caso de este proyecto, te lo aseguro. Pero primero, definamos ¿qué significa la inspiración en un proyecto? La inspiración es una metáfora y puede venir de cualquier parte. Creo en las soluciones reales, no la inspiración. De nuevo, el sitio aquí es un cuadrado de 40 por 40 metros; la casa histórica en la esquina me obligó a diseñar planos de planta triangulares en la torre de arriba. Pero entonces el área del piso sería muy pequeña y no sería útil para las empresas. Es por eso que propuse poner en voladizo el edificio sobre la casa histórica y extender las placas del piso con las esquinas achaflanadas. Finalmente, supe que con el tiempo se construirán más edificios por todos lados y por esa razón orienté la mayoría de las vistas hacia el parque. En cuanto a las consideraciones estructurales: odio tener columnas en el espacio, esto nos llevó a diseñar una estructura muy expresiva en el exterior. Hay tantas condiciones que vienen antes de cualquier decisión de diseño. Tengo que admitir que me gustan los triángulos y los uso a menudo en mis diseños. Sin embargo, no creo que la inspiración surja de la nada; las soluciones vienen de la vida real.

VB: Puede que tengas razón en que la inspiración muchas veces viene de la nada, pero también surge de condiciones específicas. El perfil de Torre Reforma me recuerda a Torres de Satélite de Barragán.

BR: Por supuesto. Me gustan esas estructuras y quizá eso se reflejó en mi diseño, pero en caso de haber sido así, ocurrió inconscientemente. En cuanto a las proporciones específicas, no solo se basan en códigos sino en el número áureo que trato de incorporar siempre. Creo en el poder de las proporciones, en el orden y en la claridad. Es posible que las personas no puedan leer el fundamento específico que hay detrás de un proyecto, pero creo que tener una lógica interna ayuda a apreciarlo visualmente. Rem Koolhaas una vez dijo: "A la mierda el contexto". Pero incluso si estuviera de acuerdo con él, la realidad es otra. Nosotros los arquitectos no tenemos ese tipo de libertad. Nuestros edificios están atados a condiciones establecidas por la ciudad, las calles, el programa, la estructura, etc. Mi arquitectura es producto del contexto.

Torre Reforma. Image © Alfonso Merchand

VB: Comentabas que tus obras son poderosas expresiones estructurales. ¿Nos podrías hablar más sobre eso?

BR: Me gustan los retos. Como mencionaba, en Torre Reforma, la idea era evitar las columnas. Para lograr esto tuve que colgar el edificio y al hacer esto pude prever prever la fuerza que necesitaría la estructura. Me encanta el resultado y lo que expresa la estructura. Aunque hay algunas torres que tienen expresiones similares, creo que esta es unica porque la torre completa está literalmente colgando. Me gusta que este edificio no se limite a proyectar una imagen en particular sino que refleje una fuerza increíblemente poderosa.

VB: ¿Qué piensas de que la gente nombre los edificios? Por ejemplo, Wolf Prix dijo: "Me encanta cuando las personas dan apodos a los edificios. Una ciudad debe contar con edificios identificables e icónicos. "¿Estás de acuerdo? ¿Crees que Torre Reforma tiene un nombre con el que se le pueda reconocer?

BR: Sí, estoy de acuerdo. No estoy seguro de que nuestro edificio tenga un apodo, pero algunas personas lo llaman el Edificio Tetris debido a los patrones característicos de las ventanas en dos paredes sólidas. Pero si me lo preguntas, me gustaría que fuera identificado como un obelisco. Me encantan los apodos porque significa que la gente reconoce el trabajo del arquitecto.

Torre Reforma. Image © Alfonso Merchand

VB: Además de ser arquitecto eres desarrollador. ¿A qué se debe?

BR: Cuando me gradué de la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México no había trabajo para los arquitectos. Justo durante mi carrera profesional, México experimentaba cuatro crisis económicas y un terremoto (1985). Cada uno de esos cinco eventos cataclísmicos fue seguido por años de estancamiento total, no hubo nuevas construcciones de ningún tipo. Es por eso que los arquitectos nos vimos obligados a actuar como nuestros propios clientes. 1984 fue el último llamado para muchos arquitectos mexicanos porque la crisis de ese año se produjo solo dos años después de la crisis de 1982. Fue entonces cuando llegué a la conclusión de que ya no podía permitirme sentarme a esperar una llamada telefónica. Decidí convertirme en desarrollador. No tuve otra opción al igual que muchos otros arquitectos, tanto que hoy en día muchos arquitectos prefieren este modelo.

VB: ¿Te gusta ser arquitecto y desarrollador? ¿Esa situación te da una mayor libertad creativa?

BR: Creo que es mejor ser solamente arquitecto. Absolutamente. Esto se debe a que, como desarrolladores, encontramos tierras, vemos el potencial, luego buscamos prestamistas y prometemos desarrollar un proyecto en particular con cierta calidad por una x cantidad de dinero. Asumimos responsabilidades para miles de personas. Entonces, necesito hacer un trabajo excelente para mantener mi reputación ... Es una locura. ¿No es mejor ser solamente arquitecto? Pero por otro lado no podría vivir siendo solamente arquitecto. Aún así, hoy tengo más oportunidades y puedo elegir trabajar en algunos proyectos unicamente como arquitecto. Me gusta más.

VB: ¿Tienes un edificio favorito en algún lugar del mundo?

BR: La Fundación Ford en la calle 42 en Nueva York por Kevin Roche. Me encanta el atrio, la estructura, la fuerza del edificio, el contraste que hay entre lo pacífico que es por dentro y el insoportable ruido de Manhattan, las oficinas de arriba son fantásticas. También es muy discreto, y apuesto a que muy pocas personas en Nueva York han oído hablar de él. Su presencia en la calle es muy mínima, pero en el momento en que entras - ¡wow!

VB: Y de la Ciudad de México, ¿cuál es tu edificio favorito?

BR: Tengo lugares favoritos desde los cuales se pueden ver varias obras. Me encantan los poderosos edificios modernistas. Pero si tuviera que elegir sólo uno tendría que ser el Camino Real, construido para los Juegos Olímpicos de 1968 por Ricardo Legorreta.

Torre Reforma. Image © Alfonso Merchand

VB: En palabras simples, ¿cómo describirías tu arquitectura?

BR: Estructura, plomería (las instalaciones tienen que pasar por algún lado y es fundamental encontrar el sentido correcto). Además, fluidez, funcionalidad.

VB: ¿Cómo es que es tu forma de enseñar arquitectura aquí en México?

BR: Creo que se puede entender un edificio con solo visitarlo. Llevo a mis alumnos a distintos viajes para que puedan visitar edificios tanto bien como mal construidos, para poder aprender de ambos.

Torre Reforma. Image © Alfonso Merchand

VB: Algunas personas me han dicho que eres diferente; que no eres como los demás arquitectos mexicanos. ¿A qué crees que se refieren? Se dice que no estás del todo involucrado en el gremio.

BR: Me gusta estar fuera. Enseño, vengo a mi oficina, trabajo. Tengo varios amigos arquitectos; viajamos juntos dos veces al año para conocer más de arquitectura. Pero mi vida no es todo eso. A veces me invitan a dar charlas; vengo, hablo y me voy. [Risas.] Honestamente no sigo ninguna tendencia. De hecho, fue así como me perdí completamente el Postmodernismo. Estoy convencido de que la arquitectura no se trata solo de ideas sino de soluciones y las soluciones tienen que venir de ti, el arquitecto. Deben ser tus soluciones, no lo que viste en las revistas.

VB: ¿Tienes una agenda personal en arquitectura?

BR: Lo que sí te puedo decir es que cuando me invitan clientes que buscan formas específicas, no acepto las invitaciones. Necesito ver y entender el sitio. No puedo imaginar una situación en la que alguien me pida que mire otro proyecto como prototipo. Si vienes a mí, será mi proyecto, entonces ¿tengo una agenda? Creo que respondí tu pregunta.

Torre Reforma. Image © Alfonso Merchand

VLADIMIR BELOGOLOVSKY es fundador del Curatorial Project sin fines de lucro con sede en Nueva York. Arquitecto por Cooper Union en Nueva York, ha escrito cinco libros, entre ellos Conversations with Architects in the Age of Celebrity (DOM, 2015), Harry Seidler: LIFEWORK (Rizzoli, 2014) y Soviet Modernism: 1955-1985 (TATLIN, 2010). Entre sus numerosas exposiciones se encuentran: Anthony Ames: Object-Type Landscapes en Casa Curutchet, La Plata, Argentina (2015); Colombia: Transformed (American Tour, 2013-15); Harry Seidler: Painting Toward Architecture (gira mundial desde 2012); y Chess Game for Russian Pavilion at the 11th Venice Architecture Biennale (2008). Belogolovsky es el corresponsal estadounidense de la revista de arquitectura SPEECH, con sede en Berlín y ha dado conferencias en universidades y museos en más de 20 países.

La columna de Belogolovsky, City of Ideas, presenta a los lectores de ArchDaily sus últimas y actuales conversaciones con los arquitectos más innovadores de todo el mundo. Estas conversaciones íntimas forman parte de la próxima exposición del curador con el mismo título, que se estrenó en la Universidad de Sydney en junio de 2016. La exposición City of Ideas viajará por todo el mundo para explorar el contenido y el diseño en constante evolución.

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Sobre este autor/a
Cita: Belogolovsky, Vladimir. "Benjamín Romano: "Creo en las soluciones reales, no en la inspiración"" [Benjamín Romano: "I Focus on Improving the Building"] 23 abr 2019. ArchDaily Colombia. (Trad. Arellano, Mónica) Accedido el . <https://www.archdaily.co/co/889560/benjamin-romano-creo-en-las-soluciones-reales-no-en-la-inspiracion> ISSN 0719-8914

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