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Arquitectos: 3ME Arquitectura
- Área: 26 m²
- Año: 2025
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Fotografías:César Belio

Descripción enviada por el equipo del proyecto. El Ecoparque, situado en el límite entre la ciudad y el río Lerma, recupera un espacio natural de recreación para Salvatierra y pone en valor el histórico puente de Batanes.

El puente de Batanes, obra del carmelita descalzo Fray Andrés de San Miguel, data del siglo XVII y fue considerado como la puerta de entrada al fértil Valle de Huatzindeo. En este valle se asentaron grandes haciendas agrícolas que fueron el sustento del bajío y del norte del país.

Hasta hace 70 años, los predios en la ribera del Lerma albergaban huertas de cultivo. Sin embargo, el crecimiento de la ciudad propició la especulación del suelo; algunos espacios quedaron abandonados y se volvieron susceptibles a la invasión por parte de grupos delictivos.

En este contexto, el municipio recuperó el predio que se ubica bajo el puente de Batanes con la intención de integrarlo como espacio público. Allí confluyen, de manera singular, el patrimonio edificado del puente, el curso del río que da origen al valle de Huatzindeo, y un predio a cielo abierto que se apropia del paisaje.


El propósito fue agregar valor a la ciudad con un proyecto sensible a su ubicación: uno que fortaleciera la estructura del paisaje existente —compuesto por huertos y sabinos monumentales en la vereda del río— y que pusiera esta reserva ecológica a disposición del público, acentuando el carácter patrimonial del puente.


El eco parque contempla diversas intervenciones. El acceso funciona como un umbral generado a partir de la consolidación de los restos de una antigua casa y de una nueva pieza de concreto que se ciñe formalmente al vestigio para reestructurarlo. Esta pieza alberga la taquilla y una rampa mirador que desemboca en el parque mediante muros de contención de piedra.

El parque se divide en tres plataformas topográficas abiertas de gran escala que descienden hasta el desplante del puente, el cual permanece como remate visual. Estas plataformas permiten actividades multitudinarias al aire libre. Los recorridos alrededor del parque se dan a través de senderos de tepetate mejorado, acompañados por muretes de piedra.

Los pabellones de servicios y el gastronómico están compuestos por estructuras ligeras de madera formadas por un sistema de vigas y columnas dobles, configuradas a manera de una "doble T".
En el pabellón gastronómico, el desplazamiento de este sistema permite generar una serie de espacios dinámicos, capaces de albergar actividades culturales y vinculadas al patrimonio natural.

En la construcción se utilizaron materiales y sistemas propios del lugar -como la madera y la piedra en el tradicional aparejo en muros- con el fin de mantener un lenguaje con la preexistencia del puente. El proceso de construcción también representó una oportunidad de trabajo para hombres y mujeres migrantes repatriados.

Por otro lado, la plantación de diversas especies de árboles, la siembra de pastos silvestres y la recuperación de huertos otorgan al conjunto una organicidad formal que conserva y regenera el paisaje.

El Ecoparque llega a Salvatierra como un esfuerzo por reconquistar el espacio público y reivindicar el derecho a una convivencia social justa.
