
-
Arquitectos: AIDIA STUDIO
- Área: 39646 m²
- Año: 2024
-
Fotografías:Andrés Cedillo

Descripción enviada por el equipo del proyecto. Se estableció una iniciativa financiada por el gobierno para abordar la demanda de un nuevo lugar que albergue la feria anual en Chetumal, que se ha transformado en una celebración significativa cada año con conciertos, atracciones y mercados de artesanías. El sitio de 10 hectáreas está rodeado por una jungla subtropical, presentando una oportunidad única para transformar el recinto ferial en un parque urbano con instalaciones versátiles disponibles para el público durante todo el año.


La parcela trapezoidal para el parque, que mide 200 por 400 metros, presentó un desafío de accesibilidad debido a que solo tenía un punto de acceso. Para abordar este problema, ideamos un circuito vial que incluye estacionamiento fuera de la calle, permitiendo a los visitantes acceder a varios locales desde el perímetro. Esto también nos permitió incorporar pistas para correr y andar en bicicleta de 800 m a lo largo del circuito exterior. Las instalaciones incluyen una arena con capacidad para 1,000 personas para deportes y conciertos, un pabellón multiusos, canchas de baloncesto cubiertas, un parque de patinaje, tiendas minoristas, un área de juegos, una plaza cívica y equipo de calistenia al aire libre.

En la entrada del sitio, una plaza cívica está bordeada por once árboles de ceiba, que son árboles ancestrales indígenas de México, dando la bienvenida a los visitantes. Desde este punto, el parque se transforma en una serie de arroyos que guían a los visitantes a través de varios locales, creando una experiencia fluida y no jerárquica que culmina en la arena, la estructura más grande del recinto. Las conexiones entre los locales circulares se establecieron mediante arcos tangentes, creando un lazo continuo que suaviza los límites rígidos del sitio y organiza las diversas tipologías en un diseño de plan maestro coherente.

El tema del proyecto nos permitió avanzar en una agenda de diseño biofílico continuo dentro del estudio, abarcando tanto un enfoque de arriba hacia abajo—diseñando el plan maestro y las transiciones—como una perspectiva de abajo hacia arriba, centrándonos en la experiencia del usuario con la naturaleza dentro del parque. Además, continuamos utilizando herramientas de diseño paramétrico para facilitar una metodología de búsqueda de formas, lo que nos permitió crear estructuras que son tanto estéticamente impactantes como estructuralmente eficientes. Este proceso llevó al desarrollo de varias tipologías, incluidas adaptaciones de paraboloides hiperbólicos adaptadas a las funciones específicas de los edificios, todos con una huella circular pero con una solución estructural distintiva.


La baja densidad del complejo está destinada a maximizar la preservación de los espacios verdes naturales, lo cual es crucial dado el calor extremo y la humedad de la región. En consecuencia, todos los materiales utilizados en las plazas y edificios son de tonos beige claro, armonizando con la piedra caliza natural del área. Las estructuras metálicas ligeras de los edificios introducen un giro juguetón, contribuyendo a un flujo único en el proyecto general. Las columnas delgadas de color verde oliva y los acentos de madera ondulada se integran sin problemas con el bosque circundante, mientras que los techos de tejas ofrecen protección contra las fuertes lluvias. Las paredes de los edificios radiales incorporan un patrón de ladrillo para mejorar la textura y crear aberturas que fomenten el flujo de aire y la ventilación natural. Además, todos los edificios están diseñados con la modularidad en mente para garantizar rentabilidad y facilitar el proceso de construcción.