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Arquitectos: Tatiana Bilbao Estudio
- Área: 2468 m²
- Año: 2013
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Fotografías:Onnis Luque

Descripción enviada por el equipo del proyecto. El Liceo Franco Mexicano es una escuela primaria ubicada en la parte occidental de México, en el estado de Jalisco. Con un fuerte compromiso hacia el desarrollo infantil temprano, la escuela decidió ampliar sus instalaciones para crear nuevos espacios diseñados específicamente para actividades especiales dirigidas a niños de 3 a 6 años. Estas nuevas áreas tienen como objetivo apoyar una experiencia educativa holística que combina el aprendizaje con el juego, la exploración y la interacción con el entorno.



Para lograr esta visión, priorizamos el uso de materiales de origen local, que no solo apoyan la economía regional, sino que también reducen el impacto ambiental de la construcción. Este enfoque permitió la integración de la arquitectura vernácula—respetando las tradiciones de construcción locales—mientras se abrazan soluciones de diseño innovadoras. El sistema de construcción se centra en muros de tierra apisonada, seleccionados por su sostenibilidad, durabilidad y cualidades estéticas. Estos se organizan en módulos de 8x8 metros, formando el marco estructural y espacial del proyecto.


La colocación estratégica de estos módulos crea una variedad de espacios distintos que son tanto funcionales como acogedores, fomentando la curiosidad y el compromiso. Un objetivo clave del diseño fue asegurar que los niños pudieran interactuar directamente con la naturaleza a lo largo de sus rutinas diarias. Como resultado, el proyecto presenta una paleta diversa de colores, texturas y paisajes naturales cuidadosamente incorporados a la arquitectura.

El concepto de diseño enfatiza la flexibilidad, permitiendo que los espacios se adapten fácilmente a diferentes usos y actividades. Cada módulo se abre a un patio al aire libre, facilitando una conexión fluida entre los entornos interiores y exteriores. Estas áreas al aire libre sirven como extensiones del aula, apoyando el aprendizaje y el juego al aire libre. En el corazón de la disposición se encuentra un árbol central, que sirve como un punto focal simbólico y físico. Une los espacios, fomenta un sentido de comunidad y ofrece un entorno único y estimulante para que los niños aprendan, exploren y crezcan.
