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Arquitectos: Vincent Lavergne Architecture Urbanisme
- Área: 17800 m²
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Fotografías:Ivan Mathie, Julien Hourcade

Descripción enviada por el equipo del proyecto. La operación forma parte de un plan de desarrollo urbano concertado. Por su situación estratégica, en la entrada de la ciudad de Rosny, se convierte en el símbolo de la regeneración del distrito. Dialoga con el paisaje para ofrecer a sus habitantes una vista despejada y componer un nuevo perfil urbano, orgánico y vegetal, a escala de la metrópoli.



El proyecto debe respetar en su límite norte la alineación con la calle. Se decide extraer una superficie consecuente del norte, poco iluminada que permita transformar profundamente las características de la parcela y mejorar las condiciones de la volumetría. Esta solución sencilla no sólo aumenta las condiciones urbanas de los edificios resultantes, sino que amplía las cualidades intrínsecas de las viviendas que contienen. Este vacío genera un recorrido central que conduce a un patio interior privado, orientado al sur y propicio para la apropiación colectiva de los residentes. A ambos lados, las terrazas en cascada de las viviendas crean un jardín colgante que hace eco del paisaje. Esta sucesión de terrazas verdes permite atenuar la sensación de altura del proyecto, que sin embargo cuenta con doce pisos. El volumen extraído se añade al sur de la parcela revalorizando el conjunto de la operación.



Dos sistemas constructivos y materiales portantes conviven para atenuar la imponente volumetría, resultado de la densidad requerida. Los primeros pisos, a modo de zócalo y vinculados con la calle, se tratan en piedra, material pesado y resistente. Los niveles superiores, como si estuvieran colocados sobre una base de piedra, se realizan en madera, estructura más liviana y que admite una mayor flexibilidad y evolución. Esta dualidad entre un basamento de piedra y un entramado de madera que corona el conjunto se inspira de los procesos tradicionales de construcción, y al mismo tiempo integra los recientes avances en la construcción en madera. Por lo tanto, la nueva identidad urbana del lugar aportará nuevos valores, como la responsabilidad energética o la búsqueda de una mayor adecuación de los sistemas constructivos, para realzar la calidad arquitectónica y urbana de la ciudad que debe estar siempre al servicio de sus habitantes.

