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Arquitectos: ValletdeMartinis Architectes
- Área: 3781 m²
- Año: 2023
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Fotografías:Charly Broyez
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Como una pieza de un rompecabezas, la disposición del grupo escolar, compuesto por una escuela infantil, una escuela primaria, un centro de restauración y un servicio de actividades extraescolares sin alojamiento, se integra en una parcela delimitada por los Joncs Marins, el Jardin de Traverse, un tejido de pequeñas casas y algunas operaciones de viviendas colectivas. Para encajar en este conjunto, fue necesario comprender el proyecto urbano previsto para esta parte del eco-barrio para extraer su esencia: el grupo escolar es homogéneo, pero cada fachada se trata de manera independiente, teniendo en cuenta la dirección hacia la que se orienta el edificio. Así, la lectura de un paisaje volumétrico y estratificado es lo que percibimos en todo el sitio, con, en la fachada principal, avenida Jacqueline de Romilly, la aparición de tres volúmenes que representan las tres entidades del grupo escolar.
La envolvente exterior está compuesta por una fachada de estructura de madera, con una trama de espino de madera sobre un zócalo de hormigón, para revelar la lógica estructural del edificio. El uso de materiales naturales, especialmente las diferentes aplicaciones de ladrillo, tiene como objetivo obtener un tratamiento de la luz natural que varíe según el lugar y la hora del día, reflejando el grosor de la envolvente.
El conjunto del grupo escolar se organiza en forma de peine alrededor de los dos patios de recreo, el comedor, los locales comunes y el servicio de actividades extraescolares (ALSH), en el centro de la parcela, separando la escuela infantil de la primaria. La escuela infantil solo se extiende en planta baja, mientras que la escuela primaria está dispuesta en dos niveles: planta baja para los espacios comunes y primer piso (R+1) para todas las aulas y los locales de los adultos. De este modo, las tres entidades son autónomas y resulta fácil orientarse, ya que cada vestíbulo está directamente conectado con un espacio exterior: los dos patios de recreo y un patio central de 110 m². Un segundo patio, más pequeño, abre la sala de comedor de la escuela primaria hacia un exterior abundantemente ajardinado.
Esta organización y el juego de volúmenes permiten que cada niño se apropie de su lugar de enseñanza y de su espacio exterior. El diseño de los patios de recreo ha sido pensado en relación con la organización interior para crear ambientes diferentes según el tipo de escuela: un claustro para la escuela infantil, con una circulación periférica, y la escuela primaria orientada hacia el bosque. El nivel en R+1, que solo alberga la escuela primaria, da acceso a amplias terrazas ajardinadas, auténticos jardines pedagógicos con un huerto y un vivero, que representan un activo ecológico al disminuir el efecto de isla de calor urbana.
Las salas de descanso de la escuela infantil, de menor superficie que las aulas, siguen la misma trama de organización espacial, pero además integran un pequeño jardín ornamental, que crea un filtro vegetal entre el Jardin de Traverse y el espacio de descanso de los niños. Para resaltar la naturaleza circundante, optamos por una orientación directa de las aulas y las salas de descanso hacia el Jardin de Traverse, lo que permite a los niños disfrutar de vistas al exterior y beneficiarse de una aportación solar difusa a lo largo de todo el día.
En el interior, como en el exterior, se han utilizado materiales naturales. En los locales interiores, se encuentra ladrillo de tierra cruda, madera y un aislamiento acústico de fibra de madera. El objetivo es aportar a los interiores un ambiente cálido y propicio para la tranquilidad y el desarrollo de los alumnos. El uso de materiales naturales, como la madera tratada en masa, ofrece garantías de durabilidad que no se encontrarían con revestimientos. Las circulaciones son el soporte de la apropiación por parte de los alumnos y los adultos dentro de la escuela: cada vestíbulo es generoso y constituye una interfaz entre la ciudad y la escuela; marcan un momento de entrada en el que los alumnos pueden mostrar sus trabajos a sus padres.
Para el acceso a las aulas, la circulación se dilata para crear un vestíbulo en el hueco de los muros de ladrillo de tierra cruda. Compuesto por un banco de madera y percheros, este espacio permite que los niños añadan su nombre, favoreciendo así la apropiación y la orientación. El lugar del casillero se convierte en un espacio de interacción entre el interior y el exterior del aula. De este modo, hemos colocado grandes marcos acristalados sobre los percheros para que los adultos, profesores y miembros del equipo educativo, siempre puedan ver lo que sucede dentro del aula. Las aulas disfrutan entonces de luz natural en segundo día, más difusa, durante todo el día.
