Crítica a la Bienal de Arquitectura

Han pasado dos semanas desde el cierre de la Bienal de Arquitectura 2008, y ya hemos decantado las impresiones que nos dejaron los 11 días de charlas, premios y exposiciones. A raíz de los numerosos comentarios que recibieron los artículos sobre el pabellón, la inauguración y las charlas, y por sobre todo, por un comentario que clamaba por una palabra crítica de parte de Plataforma Arquitectura, quise escribir esta opinión sobre lo que fue la pasada bienal. No sólo quiero opinar sobre el montaje, las condiciones de la muestra u otros pormenores – que tuvieron cosas buenas y malas, como cualquier proyecto – sino que a los motivos que hay detrás de aquellos pormenores y que son los principios que guiaron la realización de la recien pasada Bienal, y, a partir de ahí, los que creo que podrían ser criterios para las siguiente oportunidades.

La muestra A pesar de que el tamaño de mercado de nuestro país no es suficientemente grande para que haya una buena selección de obras que se distingan especialmente por su eficiencia energética, reutilización de materiales o lo que se quiera entender por cuidar nuestra tierra, es deseable que la selección de obras que forman la Muesta Nacional sea mostrada dando énfasis a ciertos aspectos. Es decir, si bien es difícil pedir que todas las obras cumplan con los temas circunstanciales de cada bienal  – la Bienal no es un trabajo curatorial, sino una muestra de buenas obras -, sí podria dársele una intención a lo que se está mostrando. Y, como arquitectos, pienso que la intención en cómo se muestran las cosas debe estar dada por nuestras herramientas usuales: el dibujo, las maquetas, las especificaciones, los planos. Una medida simple, como haber puesto todas las plantas de los proyectos a la misma escala, hubiera dado cuenta de las enormes diferencias que hay entre obras que de otra manera no ofrecen punto de comparación alguno. De la primera sala, constaté que las plantas de los proyectos estaban a escalas 1:100, 1:250, 1:300 y 1:200. Similar ocurría con cortes y elevaciones. En varias, ni siquiera se mostraba una planta de ubicación. Se me podrá contestar que el módulo de cartón corrugado no permitía impresiones de mayor tamaño. Está bien, pero ¿qué es primero, lo que se muestra o el soporte? De manera similar, las maquetas de cartón plegado eran sumamente atractivas, pero funcionaban mejor para unos proyectos que para otros. En la muestra tampoco se consignaban precios de construcción, referencias geográficas que permitieran aportar datos de los emplazamientos, u otras condicionantes que amarraran los proyectos a la realidad.  Entonces el resultado es una muestra, con algunas buenas fotos y planimetría insuficiente: una especie de publicación recorrible, pero que se ve mucho mejor en el excelente catálogo, en las revistas, o en esta página.

La Bienal para los que no son arquitectos En la recién pasada Bienal de Venecia, el curador de la muestra, Aaron Betsky, causó polémica y atención mediática internacional al nominar la exposición como “Arquitectura mas allá de la construcción”, presentando instalaciones y performances en vez de representaciones de edificios. Mas allá de si su postura resulta apropiada para la discusión arquitectónica de nuestra época – pueden revisar opiniones aquí y acá -, quiero recalcar que la bienal se discutió. Acá en la prensa hubo muy poca repercusión de lo que estaba ocurriendo en el MAC, a pesar de ser un tema atingente y con creciente procupacion por parte de la ciudadanía, como es el cuidado de nuestra Tierra. ¿Porqué ocurre esto? ¿Una disciplina cada vez más ensimismada, o falta de interés de la ciudadanía hacia lo que hacemos los arquitectos?

Revisando las revistas CA de bienales pasadas, uno se da cuenta que se invitaba a profesionales de otras áreas – por ejemplo, en 1995, Humberto Giannini, Fernando Léniz y Jorge Edwards – a que opinaran y debatieran en los comités de las bienales. Al parecer, eso despues se perdió, y para la Bienales de 2006 y 2004 la participación de profesiones ajenas se limitó a las agudas críticas del escritor Alvaro Bisama. En la premiación de esta bienal, uno de los discursos más apasionados fue el del director de Un Techo para Chile: todas estas personas, desde sus respectivos campos, entienden que la arquitectura es parte de un continuo social mas amplio, y que no tiene sentido separada de quienes usarán las obras y de lo que estas obras posibilitan. Pienso que ese sería uno de los mayores méritos de una bienal. Lograr reunir bajo un mismo techo a arquitectos y clientes, a profesionales y a usuarios. Quizás en conjunto con la Semana de la Construcción y la Feria Expo Vivienda; la arquitectura que da forma a nuestras ciudades se pondría en discusión, sería suceptible a críticas o premios. Con eso, tal vez, subiría el nivel medio de la arquitectura en Chile, que es a lo que, me imagino, debería apuntar una Bienal de Arquitectura.

Sobre este autor/a
Cita: Agustín Infante K.. "Crítica a la Bienal de Arquitectura" 24 nov 2008. ArchDaily Colombia. Accedido el . <https://www.archdaily.co/co/02-12518/critica-a-la-bienal-de-arquitectura> ISSN 0719-8914

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