El Premio Buckminster Fuller Challenge distingue cada año – con un premio de 100.000 dólares – las estratégias y organizaciones con potencial para resolver ciertos problemas de la sociedad actual, con la idea de apoyar su desarrollo e implementación real.
Este año el premio lo recibió la arquitectura a través del proyecto The Living Building Challenge, organización que propone un programa de certificación de edificios sostenibles, a modo de filosofía y red de apoyo, definiendo un número determinado de variables que orientan a los arquitectos a diseñar proyectos realmente amigables desde su concepción.
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El objetivo de LBC es ser mucho más que un programa de certificación de edificios sostenibles, busca apoyar y orientar a los arquitectos para no seguir puntos de referencia sustentables que parecen idealistas.
Para obtener su certificado, un proyecto debe cumplir con cinco medidas al menos por un año completo.
1. Generar el mismo toda su energía y que ésta sea renovable a partir de su lugar de emplazamiento.
2. Captar y tratar el agua lluvia que caiga sobre su superficie.
3. Usar materiales de construcción no tóxicos y sostenibles en su producción.
4. Emplazarse en terrenos anteriormente usados, para reducir la expansión urbana.
5. Inspirar a sus usuarios y dar el ejemplo a los demás arquitectos.
Más información sobre el Living Building Challenge en el siguiente link.
